Innovación
Tecnología y salud: educando a los pacientes

La incorporación de wearables o ropa tecnológica surge como una excelente oportunidad para educar y comprometer a las personas con su salud. Dispositivos y tendencias.

por Santiago Troncar, presidente de Salud Móvil

 

La consolidación de la ropa tecnológica (wearables technology) y los sensores móviles constituyen una tendencia mundial de masiva penetración y una gran oportunidad tanto para los fabricantes de productos como para los desarrolladores de servicios electrónicos.

 

Así lo confirmaron las ediciones de este año del Mobile World Congress de Barcelona y el Consumer Electronics Show de Las Vegas.

 

¿De qué se trata? Pulseras, relojes y sensores que llevamos en el cuerpo, los cuales, conectados a un teléfono móvil, adquieren usos y capacidades asombrosas para medir de todo tipo de variables, que pueden ser posteriormente monitoreados desde la nube.

 

Medir pulsaciones, ritmos cardíacos, distancias recorridas, estrés, horas de sueño, seguimiento de alimentación y dietas, mediciones de glucosa, y socializar toda esta información a través de Internet, son solo algunas de las posibilidades revolucionarias que ofrecen estas herramientas para cambiarle la vida a las personas.

 

Los usuarios incorporan estas tecnologías como un elemento de cuidado del cuerpo y de estilo de vida, y crean una tendencia que se viraliza rápidamente a través de las redes sociales.

 

Los médicos lo ven como una oportunidad de educar y comprometer a los pacientes con su salud, por lo que no es algo menor que esto se ponga de moda.

 

Por lo tanto, en un mundo que descuida cada día más sus hábitos de comida y ejercicio, donde el 70% de las personas abandona sus tratamientos médicos después del cuarto mes, o nunca los comienza, los wearables representan una gran oportunidad de ‘engagement’ para lograr un impacto masivo en la población mundial a través de la prevención y concientización sobre temas de salud.

 

Los wearables y los sensores llegan para potenciar nuestros smartphones, que ya tienen un uso masivo en el cuidado del cuerpo a través de aplicaciones e Internet.

 

Según un reciente reporte de la empresa en marketing farmacéutico IMS, existen 40 mil aplicaciones de salud móvil, y, de acuerdo con Research2Guidance, para el año 2017 habrá 1,7 billones de teléfonos y tabletas con estos programas descargados.

 

Los pioneros en esta nueva categoría de wearables fueron las pulseras FitBit, la FuelBand de Nike y la Jawbone Up, productos que cualquiera puede encontrar en los ‘duty free’ de los aeropuertos, en los catálogos y en las góndolas de los principales retailers del mundo.

 

En una reciente encuesta de Accenture Digital, el 52% de los consumidores americanos demostraron tener interés en comprar ‘wearable devices’, monitoreadores de ejercicio y manejo de salud, un 46% estaban interesados en relojes inteligentes, y un 42% deseaban anteojos conectados a Internet.

 

Los fabricantes de telefonía celular aceleran el paso y lanzan sus innovaciones para no quedarse afuera o atrás en el negocio.

 

En el congreso mundial de móviles de Barcelona, algunas de las novedades fueron la presentación del Galaxy S5 con su pulsera Gear Fit, y los relojes Gear 2 y Gear 2 Neo que pueden medir el pulso cardíaco, ejercicio, sueño y los niveles de estrés.

 

Apple contrató un dream team de expertos en mHealth para su equipo para un probable iWatch. Se trata de ejecutivos, ingenieros y médicos provenientes de empresas innovadoras que han desarrollado tecnologías centradas en sensores.

 

Google respondió hace pocas semanas con una innovación sorpresiva: unos lentes de contacto para diabéticos que monitorean niveles de glucosa. El prototipo luce como una lente normal, pero tiene un minúsculo sensor y un transmisor móvil que mide la cantidad de azúcar en segundos.

 

Mientras tanto, cientos de startups médico-tecnológicas se lanzaron desde hace unos años a la arena de la innovación, desarrollando sensores y dispositivos de todo tipo.

 

Hoy las clínicas y hospitales de todo el mundo tienen en operación pilotos de prueba que buscan revolucionar las prácticas médicas tradicionales, arrojando resultados asombrosos.

 

Research2Guidance estima que existen unos 200 tipos diferentes de sensores externos relacionados con salud conectados a smartphones, con precios que van entre 20 y 200 dólares.

 

Continua Alliance, la flamante asociación que normaliza y certifica los dispositivos médicos en los Estados Unidos, ya cuenta con más de 200 empresas miembros y más de 100 equipos certificados.

 

Existen ejemplos extremos de innovación, cómo poder controlar si un familiar rebelde toma o no su medicación todos los días. Para ello, el laboratorio Novartis está testeando la “Smart pill” de la empresa Proteus Biomedical. Se trata de enzimas que emiten una señal cuando la medicación se diluye en el estomago, la cual es captada a través de un parche adherido a la piel y es transmitida a la nube por un teléfono móvil, información que después será recibida y supervisada a distancia por médicos y familiares.

 

¿Cuál será el impacto económico de estas tendencias? IHS Global Insights estima que el mercado global de wearables llegará a 30 mil millones de dólares en 2018, un gran salto desde los 19 mil millones del 2013.

 

Juniper, por ejemplo, predice 130 millones de wearables vendidos para el 2018.

 

Respecto de los sensores, Research2Guidance estima un mercado de 5,6 mil millones para 2017. Según la empresa, los dispositivos para monitorear la salud generaron 407 millones de dólares en ventas en 2012.

 

Algunos médicos mediáticos como Eric Topol ya se preguntan si en realidad no sería más eficiente que los pacientes automonitoreen las variables de sus patologías en sus propias casas, y solo concurran a establecimientos hospitalarios cuando tienen que ser atendidos o sometidos a una práctica médica.

 

Además, Topol afirma que con los dispositivos disponibles en la actualidad, las casas pueden convertirse en verdaderos centros de monitoreo, incluso ofreciendo menos riesgos de infección y mala praxis que concurrir a los hospitales y clínicas.

 

¿Ciencia ficción? El tiempo lo dirá.

 

Abril 2014