Actualidad Edición 20
- Uruguay: login único y centralizado, nuevo desafío de la plataforma CREA
- EXPOELEARNING llega a Bogotá con muchas novedades y un formato innovador
- La Universidad Galileo invita a participar gratuitamente del webinar: 5 procesos fundamentales para crear cursos e-Learning
- La red social educativa Tiching superó los 100.000 usuarios
Entrevistas |
Proponen actualizar la UNED y profundizar su relación con América Latina |
Entrevistamos a José Francisco Álvarez Álvarez, candidato a rector de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España - UNED
(@americalearning) Con antecedentes como Vicerrector de Investigación y Vicerrector de Relaciones Internacionales e Institucionales de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España –UNED, José Francisco Álvarez Álvarez se postula para desempeñarse como rector de esta prestigiosa universidad, con el antecedente de haber sido miembro del patronato de la fundación FUNED. Actualmente es miembro del Consejo Social de la UNED -en representación del profesorado- y del Consejo de Gobierno -en representación de los catedráticos-. También ha sido Investigador Asociado en el Darwin College, Cambridge, UK e investigador con Cátedra Patrimonial de CONACYT - México.
“La UNED tiene que tener un lugar más destacado en Latinoamérica, no con viejas actitudes colonialistas, sino para facilitar, por una parte, las condiciones de acceso a titulaciones europeas de quienes así lo deseen”, señaló Álvarez Álvarez, durante la entrevista mantenida con la revista America Learning Media, destacando también la necesidad de nutrirse de iniciativas y productos latinoamericanos –“algo más adelantados que los que nosotros podemos ofrecer en estos momentos”-, que tienen algunas de las universidades de prestigio de la región, “que han avanzado con rapidez en el complejo mundo de la formación digital”.
En un momento en que la situación social y económica es complicada en España, ¿qué lo ha impulsado a presentar su candidatura para Rector de la UNED 2013?
Esta debe ser una actitud responsable con todos los implicados, que nos guíe para trabajar para cambiar, para hacer de nuestra universidad, en este caso, un lugar más sencillo en su gestión, más participativo, más ajustado a las necesidades y requerimientos de este momento y de nuestra sociedad; una institución algo menos costosa, sin que ello conlleve recortes que siempre inciden en la calidad y en la motivación de todos los que estamos en este maravilloso barco que se llama UNED. Una universidad –quizá- más eficaz y más considerada con sus alumnos, con su personal docente e investigador y con su personal de administración y servicios. Estas son algunas de las ideas que me han llevado a presentar mi candidatura. Me siento capaz e ilusionado para afrontar este reto y, además, para ello, cuento con un número importante de compañeras y de compañeros a los que les guía la misma ilusión y fuerza. Queremos trabajar para nuestra universidad, y queremos hacerlo bien, con honestidad, transparencia y sin promesas electoralistas vacías que intenten dejar a todos contentos. Somos conscientes de la realidad que tenemos delante y por eso –como digo en mi programa- estoy dispuesto, si así gozo de la confianza de todos o de la mayoría de quienes constituimos esta Institución, a firmar un auténtico contrato programa, que paulatinamente, con una actitud de escucha, de participación y con criterios fiables y precisos de evaluación, nos lleve a hacer de la UNED esa universidad que todos, en este momento, queremos.
La UNED hace tiempo que viene ofreciendo sus enseñanzas regladas y no regladas a través de entornos virtuales de aprendizaje. En su programa se incide, entre otras cosas, en la simplificación de procesos y carga de trabajo para docentes e investigadores. Según la experiencia que ustedes han ido adquiriendo ¿cuáles han sido los principales problemas con los que se encuentran en este momento y cómo plantean la renovación de los mecanismos existentes en este contexto? La UNED es una institución compleja, fundamentalmente por su elevado número de alumnos y por la ingente cantidad de asignaturas y cursos que gestiona, así como por su estructura. Si a esto, que ya es idiosincrásico de nuestra universidad, se suma el hecho de que en un tiempo record nos hemos visto obligados a tener que ajustar nuestras enseñanzas a los requerimientos del Espacio Europeo de Educación Superior, puede usted hacerse una idea de lo complicado que ha sido en estos años nuestra labor, pues es un hecho que lo que a cualquier universidad le cuesta un esfuerzo, el que debe hacer la UNED por los motivos que le acabo de comentar, se incrementa exponencialmente. Todo ello ha llevado a tener que organizar las cosas inventándose procedimientos y metodologías que, intentando dar cuenta de nuestra realidad, en la mayoría de la ocasiones se han convertido en experimentales pues, tras su implantación, se muestran –como es el caso de la actual- totalmente insostenibles, desde un punto de vista económico y académico; y que, en sus procedimientos, desatienden aspectos fundamentales. Así, todos los docentes de la UNED, en este tiempo, hemos podido comprobar que la actual metodología que tenemos es, además de más inclinadas hacia un proceso de instrucción formativo totalmente centrado en el estudiante, excesivamente complicada en sus procesos y –si se me permite la expresión- excesivamente complicada de forma innecesaria. Por otra parte, en la desatención de estos aspectos fundamentales que le comento, está, por ejemplo, la falta de integración de los innumerables y magníficos recursos de los que dispone la UNED, generados en este tiempo por los diversos centros y servicios de nuestra universidad -recursos ahora dispersos y muchas veces de acceso difícil o inexistente-, así como no haber proporcionado un apoyo suficiente a los docentes para la elaboración y consecución de unos cursos virtuales con altos índices de calidad, los que, para paliar esta carencia, se han visto abocados en su responsabilidad a tener que realizar tareas que no son propias de su quehacer. Todo ello nos está llevando a un desbordamiento y –por qué no decirlo- a una cierta desconfianza en el proceso, producto del sobre esfuerzo –repito, a nuestro juicio innecesario- al que todos estamos sometidos. En consecuencia, hay que revisarlo y mejorarlo. Hay que simplificar los procesos, reducir tareas, implantar procesos más automáticos, buscar escenarios virtuales más “amigables” y de más fácil gestión, integrar nuestros recursos digitales ya existentes y los que se vayan creando, así como reorganizar e integrar también nuestro cualificado potencial humano del personal de administración y servicios, ahora, en cierta forma, desperdiciado. Ello en aras de una mayor calidad, agilidad y eficacia. Es un compromiso con todos nuestros estudiantes y con el personal docente e investigador, al que no sólo hay que ayudar, sino que hay que liberar de todo aquello que no es propio de su cometido y responsabilidad, para que tenga tiempo para actualizarse, no solo en lo que compete al conocimiento que imparte, sino a las posibilidades formativas de la tecnologías de la comunicación y de la información. Y, cómo no, lo que es importantísimo: dejarle tiempo para investigar con sosiego, ya que sin todo ello, sin actualización y sin investigación, la universidad es un órgano muerto.
Entre sus mensajes de campaña en esta candidatura, se extiende el lema de "actualizar la UNED". ¿Cuál debe ser ese proceso de actualización y qué mejoras proponen para la creación de un nuevo sistema?
Actualizar la UNED supone un interesante proceso para ponerla al día, para situarla en la posición de liderazgo del proceso de transformación que está experimentando la educación superior en todo el mundo. En el momento actual, la UNED reúne las condiciones para ocupar una posición destacada en el sistema universitario español. Para mantener y aprovechar esa ventaja competitiva es imprescindible sintonizar adecuadamente con las nuevas formas de transmisión de los conocimientos, con los nuevos modelos de organización de la docencia, con nuevos sistemas de apoyo al estudiante, con nuevas formas de relación social y de generación de conocimiento. Para ello, necesitamos atender a las siguientes cuestiones esenciales: a) Reconocer con precisión el modelo de formación digital que poco a poco ha sustituido a nuestro modelo tradicional de educación a distancia; b) facilitar una actividad docente e investigadora de calidad, proporcionando apoyo con los recursos humanos y tecnológicos que se requieran; c) sistematizar e introducir coherencia en la planificación de la docencia en todos los niveles (enseñanzas oficiales, formación permanente, etc.); y d) mejorar las condiciones tecnológicas en las que se ofrece el servicio al estudio, la generación y la transferencia y difusión del conocimiento, entre otras.
Usted es una persona con sobrada experiencia en el ámbito de las NTIC y defensor del conocimiento abierto, ¿cómo valora el papel de las herramientas abiertas para compartir y difundir el conocimiento en el sector de la investigación y la docencia? ¿Considera que se hace buen uso de ellas o que es todavía una herramienta relativamente desconocida? Entre nuestros objetivos principales está desarrollar una política de Recursos Educativos en abierto para nuestros estudiantes, y para la sociedad, que permita dirigirnos progresivamente hacia la libre disponibilidad de materiales básicos. Pero también estimular e incorporar como política general de la UNED la expansión de la disponibilidad, igualmente en abierto, de la producción científica de nuestros investigadores, homogeneizando las referencias y facilitando así un mayor impacto de la producción científica de nuestra universidad. Los blog científicos, los recursos en abierto, los repositorios de la UNED, se convertirán en uno de los elementos nucleares de la difusión de nuestra producción.
¿Qué es una universidad digital? ¿Cómo sería el modelo de la UNED digital que ustedes proponen?
De acuerdo con ella, una universidad digital sería aquella que, haciendo un uso adecuado y razonable de las posibilidades que proporcionan las tecnologías de la información y de la comunicación, se conduce hacia una gestión más ágil y eficiente de su actividad general y de su conocimiento, desarrollando, al mismo tiempo, una actividad formativa e investigadora de calidad, adecuada y ajustada a las necesidades y requerimientos que impone una sociedad -como la actual- inmersa en una revolución tecnológica, donde el espacio y el tiempo se flexibilizan. Y consecuentemente con lo que acabo de decir, permítame hacer un énfasis especial en la expresión “uso adecuado y razonable”. Con ello lo que intento comunicar es que se debe hacer uso de aquello que sirva para los fines programados, desechando lo que puede resultar de escasa o nula utilidad, por muy de moda que esté. Las tecnologías no deben ser nunca un fin en sí mismo; concebir el uso de las tecnologías según esto lleva a la dispersión del conocimiento y de los usuarios o la redundancia, incrementando de forma innecesaria el trabajo de quienes las utilizan, con el consabido desánimo que ello produce. La tecnología, por el contrario, debe ser una herramienta, un medio que nos permita desarrollar nuestro trabajo con agilidad, sencillez, pertinencia y eficacia, con objeto de cumplir suficientemente con los objetivos que nos hemos marcado.
¿Qué opinión tiene en relación a la introducción de los cursos MOOC en las universidades? ¿Cuál va a ser su estrategia y postura en este sentido a partir de las iniciativas que está llevando la UNED? A nadie se le escapa que los cursos MOOC o COMA, como en nuestra universidad se denominan -bajo la intención de españolizar las siglas-, son una auténtica revolución, muy pertinente con la actual manera de dar respuesta a las necesidades de nuestra sociedad y con el actual escenario formativo que, por la introducción y uso de las NTIC, supone un cambio radical e importante con respecto a los anteriores paradigmas y formas de enseñar y de aprender. Es por ello que toda universidad que se precie de ser una universidad adaptada al actual siglo y a los requerimientos y usos de nuestra sociedad, está necesariamente abocada a incluir este tipo de cursos dentro de su oferta formativa. No obstante, estos cursos, para que tengan sentido y utilidad deben contemplar algunos aspectos. 1. En primer lugar, deben ser cursos que sirvan y que cubran necesidades formativas reales de la sociedad; no tiene sentido abrir espacios virtuales sin más para que los equipos docentes pongan lo que consideren conveniente sin un análisis preciso de las demandas, pues esto es esfuerzo baldío. 2. En segundo lugar, estos cursos deben ir apoyados por una metodología adecuada y por el uso de elementos formativos adecuados; es decir, deben cumplir, una vez más, con unos criterios suficientes de calidad, que tienen que ser, necesariamente, avalados por la propia universidad, que es, en definitiva, la responsable final de todos los productos que ofrece, gratuitos o no, masivos o no. 3. Y, en tercer lugar, la inclusión de estos cursos dentro de la oferta formativa de nuestra universidad no debe nunca suponer un incremento especialmente significativo en la dedicación del personal docente e investigador. Así, entre otras ideas, estamos barajando la posibilidad, por ejemplo, de que algunas de nuestras asignaturas se ofrezcan en abierto, quizá con algún elemento diferenciador. En conclusión, nuestra idea es que los cursos COMA de la UNED no se contemplen al margen de los órganos responsables de la universidad sin ningún tipo de control académico ni de calidad, ni tampoco que se constituyan como un elemento que se suma, sin más, a lo ya existente. Todo lo contrario, un elemento absolutamente integrado en nuestro quehacer cotidiano.
¿De qué forma la UNED puede colaborar con las universidades latinoamericanas? ¿Qué aportaría en este sentido su candidatura a otras acciones o iniciativas anteriores dentro de su universidad, si es que las ha habido?
La gran mayoría de estos acuerdos se han sustentado en demandas de estas universidades, que han entendido que, por la experiencia que la UNED tenía, nuestra universidad podía ser un modelo interesante para implantar en ellas sus propios programas de educación a distancia. Mucho se ha hablado de los estrechos lazos que unen a España con el resto de países de habla hispana, pero poco se habla de la diversidad que, en su conjunto, nos constituye. Diversidad que, en sí misma, es una fuente inagotable de riqueza, de la que todos, sin excepción, podemos aprender. Los que hemos tenido la oportunidad de estar en estrecho contacto con muchas de estas universidades, sabemos esto y también sabemos que la madurez que en la actualidad presentan muchas de ellas, debe ser para nosotros motivo suficiente para intentar establecer acuerdos claramente bidireccionales, de los que ambas partes se nutran. La UNED tiene que tener un lugar más destacado en Latinoamérica, no con viejas actitudes colonialistas, sino para facilitar, por una parte, las condiciones de acceso a titulaciones europeas de quienes así lo deseen. Por otra, para mejorar una serie de aspectos para que nuestros estudiantes, que en esos países residen, se sientan más próximos a nosotros y en condiciones más igualitarias con el resto de sus compañeros de España. Y también, por supuesto, para nutrirnos de una serie de iniciativas y productos -algo más adelantados que los que nosotros podemos ofrecer en estos momentos- que tienen algunas de las universidades de prestigio de la región, que han avanzado con rapidez en el complejo mundo de la formación digital.
La UNED es una universidad pública que depende del Gobierno de España, ¿en qué situación se encuentra la UNED con respecto a la tendencia a la privatización del sector educativo? ¿Qué valor aporta una universidad pública de las características de la UNED? Nadie pone en duda en este momento el enorme valor social de la UNED. Nuestra universidad no sólo ha supuesto una segunda oportunidad para aquellas personas que en su momento no pudieron acceder a estudios superiores, y que por sus condiciones familiares, económicas y laborales no están en disposición de hacerlo en otro tipo de universidad, sino que, además, ha venido prestando un servicio importantísimo a los colectivos más desprotegidos y desfavorecidos de nuestra sociedad. Es indudable que todo ello no puede seguir haciéndose si la UNED entra en un plan de privatización o de pseudoprivatización. En consecuencia, nosotros defendemos y defenderemos una UNED cien por cien pública, gestionada de manera eficaz desde dentro, porque defendemos los valores del conocimiento como bien público; la expansión de la investigación de calidad y su abierto retorno social, así como la reducción de barreras sociales al acceso y al logro de una formación superior, y el fomento de la formación de calidad a lo largo de toda la vida en las condiciones más óptimas de igualdad para todos. Vamos a trabajar para demostrar que la UNED es una forma socialmente eficiente de inversión pública, y que es posible mantener nuestra universidad fuera de la instrumentación política. Para ello pondremos en marcha una serie de medidas que quedan reflejadas en nuestro programa, que están a disposición de todos desde el espacio Web de la candidatura. Si todo esto no se hace así, estaremos poniendo en riesgo nuestro futuro como institución, el futuro de nuestra sociedad y, por tanto, el compromiso que la UNED adquirió con ella hace ya cuarenta años.
(c) America Learning Media Fecha publicación: 16 de mayo de 2013
|