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Revolución Mobile Learning

Análisis del fenómeno con el objetivo de indagar si esta modalidad de distribución del conocimiento nos reportará beneficios, revisando números de mercado. ¿Qué significa extender los proyectos formativos a estos nuevos entornos y situaciones?

 

por Marcello Rinaldi, Social Learning Manager de la empresa Avanzo Learning Progress

 

Justo antes de que la moda del Mobile Learning se imponga a la objetividad, es recomendable que comencemos a entender bien este fenómeno y a desgranar como cambiará para siempre la formación. Aprovecharemos para analizar si de verdad estamos hablando de algo concreto que nos reportará beneficios o no.

 

Empecemos por los números: en 2009, los teléfonos inteligentes constituyeron un 30% de los dispositivos vendidos en los mercados maduros, esto aumentará a un 60-80% en 2013.

 

Es más, el mercado de la tecnología móvil tiene más de 4 mil millones de suscriptores en todo el mundo, según el Informe Horizon 2010. Cuando nos preguntamos qué importancia tendrá la tecnología en las instituciones académicas en los próximos 2 ó 3 años, los teléfonos inteligentes ocupan la segunda posición, por debajo de los notebooks (Estudio EDUCAUSE 2009). Considero que los datos son suficientes para convencernos de que estamos frente a uno de esos fenómenos que, nos guste o no, afectará a nuestro sector.

 

Ahora bien, ¿qué significa extender nuestros proyectos de formación a un nuevo entorno y nuevas situaciones? Lo más importante aquí es darnos cuenta que no solo estamos analizando la introducción de una nueva herramienta de formación, sino que sobre todo estamos ampliando la oferta de formación a situaciones de consumo que antes no podíamos alcanzar. Esto es bueno y malo: es bueno porque nos permite llegar a nuestros alumnos en diferentes momentos de sus vidas. Es malo, si concebimos esta ampliación como una réplica pura y dura de lo que hoy diseñamos para ordenadores. Es decir, este cambio nos generará bastante trabajo adicional, por lo menos al principio.

 

La formación en movilidad nos empuja a enfrentarnos a temas pedagógicos y muy pragmáticos (como el tamaño de la pantalla), lo que nos obliga a replantearnos por completo el desarrollo de nuestros proyectos. Fue hace 5 años cuando invitado al Microsoft Research Center de Bruselas, probé por primera vez un sistema de Realidad Aumentada. ¡Fantástico! Delante de mis ojos una pequeña pantalla transparente me permitió moverme en el espacio mientras veía la realidad física y sobre ella un conjunto de información adicional. ¿No es eso aprendizaje móvil? Sin duda, si el enfoque de esos contenidos está diseñado para establecer en mi cerebro nuevas conexiones entre conceptos y me proporciona una respuesta concreta a un determinado problema. Aprendizaje en movilidad no es sólo y exclusivamente usar un smart-phone, está es la fase inicial.

 

El siguiente paso en la evolución lo veremos en 3 años, según prevé el Informe Horizon 2010- el u-learning: el aprendizaje ubicuo. Los smartphone dejarán de ser los más apreciados para dar paso a una nueva generación de dispositivos enfocados a las realidades aumentadas. Ya hoy en día gracias a aplicaciones como Layar - que se presenta como el Internet Explorer de la RA - podemos con nuestro dispositivo, apuntar hacia un cuadro o una plaza y recibir datos adicionales, fotos y vídeos como información sobrepuesta a la imagen real.

 

Claro está, es un poco incómodo tener que apuntar un móvil hacia un objeto: mejor sería ver directamente con nuestros ojos la realidad que nos rodea, “aumentada” con información adicional. Para esto falta, pero no tanto, ya que un grupo de investigadores de la Universidad de Washington, liderado por el Prof. Babak Amir Parviz está prototipando lentillas con una sutil pantalla que permiten aumentar la realidad que nos rodea (http://bit.ly/ho6hHy).