Entrevistas
“Los contenidos digitales educativos deben ser autosuficientes, funcionales, multimedia e interactivos”

Entrevistamos a María Sánchez González, sobre la importancia de la exploración de nuevas formas de expresión y estrategias narrativas innovadoras, y las principales prácticas y culturas que están surgiendo con el uso de las tecnologías digitales. “El e-learning debe adaptarse al contexto de cultura digital y sociedad red, no al contrario”, destacó la experta.

 

(@americalearning) Con motivo de la nueva convocatoria anunciada por el Centro de Producción y Experimentación en Contenidos Digitales de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) para la presentación de propuestas de talleres de creación de contenidos, dialogamos con María Sánchez González, técnico del Área de Innovación de la UNIA y miembro del equipo del Programa Prácticas y Culturas Digitales, en el que se enmarca dicha iniciativa.

 

En la UNIA es responsable, desde 2007, del diseño, coordinación docente, seguimiento y evaluación de procesos formativos mediante e-learning, programas de formación y apoyo al profesorado, convocatorias y otros proyectos sobre TICs e innovación educativa (OCW-UNIA, Campus Andaluz Virtual). Participa en varias iniciativas para el fomento de la innovación social o de la participación ciudadana mediante crowdfunding (UNIA Capital Riego), y grupos de trabajo interuniversitarios sobre competencias y creación de contenidos digitales (UNIA-Prácticas y Culturas Digitales), y sobre e-research (GRIN-UGR, del  Campus de Excelencia de UGR). También es impulsora, responsable y dinamizadora de varios espacios de comunicación en red (blog de Innovación en la UNIA; @uniainnova) y de catálogos y espacios para el fomento de la Innovación Educativa (CreaticInnova y CCollection UNIA) Ha sido Academic Visitor en el Oxford Internet Institute de la Universidad de Oxford.

 

 

Más allá de la UNIA, Sánchez González es doctora en Periodismo por la Universidad de Málaga, desde 2008/09 se desempeña como profesora asociada e investigadora en Periodismo en esa institución, edita el blog www.cibermarikiya.com, y trabaja sobre innovación, comunicación, educación en red, e-learning y social media, desde el ámbito universitario andaluz.


¿Qué recomendaciones puede hacer para la creación de contenidos digitales efectivos orientados a la educación?

María Sánchez González (@cibermarikiya): Desde el punto de vista didáctico, es fundamental que sean autosuficientes y funcionales: contener todos los recursos e indicaciones para hacerlos útiles como instrumentos para el aprendizaje (a veces sin la presencia docente), no sólo los referidos al desarrollo de la materia.

En cuanto a la naturaleza de los recursos que los compongan, y para hacerlos atractivos, motivadores y coherentes con las propias prácticas de los usuarios online, hay que apostar por hacerlos multimedia e interactivos. Se trata con ello de que aprovechen el potencial de la comunicación en red, y sean contenidos adaptados al actual contexto de cultura digital, donde lo hipertextual así como lo visual (gráficas, infografías…) y audiovisual (vídeos, presentaciones…) son esenciales.

También es muy importante, cuando el destino de estos contenidos son cursos construidos sobre plataformas virtuales de enseñanza-aprendizaje (LMS del tipo Moodle), que se diseñen como objetos de aprendizaje reutilizables y apilables, empleando para ello estándares del tipo SCORM. Así como cuidar cuestiones técnicas y formales, relacionadas con su naturaleza para la web: accesibilidad, usabilidad…

Ahora, además, debemos plantearnos como paso previo a su diseño si queremos hacer que también sean compatibles, para su visualización, con las características de dispositivos móviles, valorar si las herramientas que estamos usando nos lo permiten y, en caso negativo, posibles alternativas.

No hay que perder de vista, por último, otros aspectos, no ya tecnológicos. Es frecuente referenciar recursos de terceros (académicos o hemerográficos, online), y resulta esencial respetar derechos de autor y hacer una correcta citación de las fuentes. A veces estas cuestiones básicas se olvidan. Y como autores de los contenidos, debemos dejar claras las condiciones de uso y reutilización, más aún porque muchas veces estos contenidos acaban siendo publicados en red, a través de repositorios digitales institucionales, canales de presentaciones o vídeos de la web social, etc.

 

 

¿En qué consiste la nueva convocatoria anunciada por el Centro de Producción y Experimentación en Contenidos Digitales de la Universidad Internacional de Andalucía para la presentación de propuestas de talleres de creación de contenidos?

Desde la Universidad Internacional de Andalucía llevamos trabajando en el programa Prácticas y Culturas Digitales desde 2008, y asociado a este programa se creó el Centro de Producción y Experimentación en Contenidos Digitales. Con ello se materializaba el trabajo en uno de los nodos prioritarios que definió el equipo de Prácticas y Culturas Digitales al arranque del proyecto: el de impulsar la creación de Contenidos Digitales. En nuestra web se recogió, entonces, como “el uso creativo de las nuevas tecnologías en sus aspectos más relevantes desde el ámbito de las distintas prácticas artísticas contemporáneas que recurren a lo digital, la creación colectiva, el papel de la imagen y la fusión de los lenguajes y medios en la era digital, la poliédrica naturaleza de estas prácticas y usos que constituyen las culturas artísticas digitales generadas en la sociedad contemporánea” (referencia).

 

Sobre esta base conceptual, en 2009-10 lanzamos una primera convocatoria para la presentación de propuestas de talleres de creación de contenidos digitales, y desde entonces, hemos lanzado convocatorias anuales. Con ello pretendemos proporcionar formación práctica sobre distintas disciplinas, impulsando la capacitación de perfiles profesionales que, de acuerdo a distintos informes recientes, son, y serán, muy demandados en los próximos años, tanto en la industria de los contenidos digitales (audiovisual, cine, vídeo, música, videojuegos, cibermedios…) como en otros sectores (ver un ejemplo).

La de este año 2014, como la de 2013, se diferencia de las primeras, entre otras cuestiones, en lo referido a la metodología de los talleres: nos dimos cuenta de que había muchos interesados en participar en los mismos, pero era complicado que lo hicieran, al ser las primeras convocatorias básicamente presenciales y no residir siempre en Andalucía o no tener la posibilidad de desplazarse por diversas cuestiones.

Así que en 2013 decidimos apostar por talleres virtuales o semipresenciales, lo que también consideramos una excelente oportunidad para aprovechar el espacio de enseñanza-aprendizaje virtual y otros servicios para el e-learning de la UNIA. El resultado fue que participaron más de 200 estudiantes (lo que equivale a un incremento de más de un 60% con respecto a la convocatoria anterior). Y la valoración que hicieron de la experiencia, lejos de empeorar, mejoró (con un promedio global de 4 sobre 5, atendiendo a las encuestas de satisfacción que suministramos al finalizar los talleres).

 

 

¿Por qué los docentes, investigadores y artistas deberían participar, presentando propuestas?

Se trata de cursos de componente práctico, especializados y sobre tendencias innovadoras. Nos pasa que hay personas o colectivos trabajando sobre estas tendencias, que en ocasiones aún no son demasiado conocidas, o sobre las que aún no hay todavía formación universitaria, cuando ven la convocatoria y deciden presentar una propuesta de taller (por ejemplo, a inicios de 2013 impartimos uno sobre impresión en 3D y ya hemos hecho varios sobre geomapeado y visualización de datos). Intentamos adelantarnos. Para docentes, profesionales… muchas veces no es fácil impartir este tipo de talleres en programas universitarios convencionales, y lo cierto es que la difusión, llegar a públicos segmentados y especializados, no siempre es tarea fácil.

Y el hecho de que los talleres sean virtuales o semipresenciales implica también una oportunidad real de participación para los docentes, investigadores, artistas, profesionales… que estén interesados, independientemente de su lugar de residencia.

Los participantes cuyas propuestas resulten seleccionadas pasarán a formar parte de la comunidad universitaria de la UNIA, y recibirán apoyo en la difusión de éstos, así como asesoramiento y formación para la puesta en marcha e impartición de los talleres por parte de Áreas como la nuestra, Innovación.

Además, existe la posibilidad de que publiquen los contenidos que diseñen para los talleres, tras éstos, en abierto y bajo condiciones técnicas y jurídicas que faciliten su uso y reutilización para la docencia o el autoaprendizaje, en nuestro portal OpenCourseWare. Creemos que ello puede darle mayor visibilidad a su trabajo, además de que supone un reconocimiento a la calidad de éste.

Y la experiencia nos dice que de los talleres han surgido redes de profesionales, con intereses comunes, cuyo contacto e interacción perdura, online, transcurridos éstos. Por ejemplo, hace un par de años se impartió un taller sobre creación de apps para Iphone, y el profesor, Rodrigo Varela, estuvo ayudando a desarrollar nuevos proyectos emprendedores, tras éste, a varios alumnos, algunos de los cuales, como la app ICofrade, guía sobre la Semana Santa malagueña, fueron premiados a nivel local (ver).

 

 

¿Por qué le dan especial importancia a la exploración de nuevas formas de expresión y estrategias narrativas innovadoras, más allá de los aspectos puramente técnicos?

Las bases de nuestro proyecto Prácticas y Culturas Digitales establecen, como comentaba, en sus nodos prioritarios, la creación de contenidos digitales en este sentido.

Pensamos que la exploración en torno a nuevas formas de expresión y narrativas y, en general, la innovación en cuanto a la creación de contenidos digitales más allá de lo puramente técnico, es un valor añadido esencial, diferenciador de otras propuestas.

Y sobre todo, le damos una especial importancia porque entendemos que ser competente digitalmente implica mucho más allá de la mera capacidad técnica, en cuanto al manejo instrumental, de tecnologías y herramientas digitales, y tiene que ver con la capacidad para apropiarse de éstas, hacer un uso creativo y coherente al contexto. Queremos, por tanto, que la experiencia formativa de nuestros estudiantes vaya en este sentido.

 

¿Cuáles son las principales prácticas y culturas que están surgiendo a partir de los usos de las tecnologías digitales?

Nosotros, en el proyecto Prácticas y Culturas Digitales, partimos de la visión de distintos autores en este sentido. Por ejemplo, Deuze se refería a las prácticas de participación, remediación y bricolaje de la cultura digital. Prácticas que pueden ser impulsadas, igualmente, en procesos de aprendizaje en red.

La participación podemos entenderla como la capacidad de las personas para intervenir activamente en el proceso de creación y agregación de contenidos. La remediación se relaciona con las acciones que modifican, manipulan y reinterpretan los contenidos para generar nuevas visiones o sentidos adaptados a las necesidades u objetivos de cada uno. Y el bricolaje parte de la remezcla -esto es, de la relación y combinación entre los contenidos creados por distintos usuarios, como precisamente abordamos en uno de nuestros talleres de 2013, sobre vídeo remix-, y es una práctica que implica, como ya comentaba en su día mi compañera Tiscar Lara, que los usuarios prefieren muchas copias buenas en lugar de un original malo.

 

¿Cuáles son las claves para innovar en recursos digital y actividades para el aprendizaje dirigidos a procesos de formación virtual?

Como comentaba, que se adapten a las prácticas y culturas digitales de los usuarios, que fomenten su participación activa y su motivación… Es el e-learning el que debe adaptarse al contexto de cultura digital y sociedad red, no al contrario.

Es importante también que la experiencia de aprendizaje sea lo más personalizada posible, incluso aunque el proceso se desarrolle a través de una misma plataforma de e-learning y esta sea, digamos, convencional, como sería nuestro Campus Virtual, basado en Moodle. Las versiones más recientes de estas plataformas permiten crear itinerarios de aprendizaje personalizados que marcan una guía al estudiante.

Y volviendo al tema de los recursos de aprendizaje, como docentes debemos procurar proporcionar, más allá de contenidos básicos, recursos de ampliación, a distintos niveles, que se adapten a los distintos niveles de conocimiento, expectativas y necesidades formativas de los participantes…

Las actividades prácticas en red se erigen, con frecuencia, en el centro del aprendizaje. Ya sean individuales, para fomentar el trabajo autónomo, ya sean grupales y colaborativas, su naturaleza, como actividades online, también fomenta el desarrollo de competencias digitales de los participantes.

Y las herramientas de comunicación y seguimiento, tanto individuales como a nivel de curso, que también ofrece cualquier plataforma de este tipo, son esenciales para aumentar la motivación del alumno y lograr su “engagement” en el programa.

Pero también existen hoy múltiples herramientas y recursos digitales que pueden usarse, de forma conectada a estas plataformas de enseñanza-aprendizaje en red, y que fomentan el aprendizaje y la motivación de los alumnos.

Desde sistemas de videoconferencia que “humanizan” con la telepresencia de docente/s y estudiantes (desde el Área de Innovación de la UNIA ofrecemos, por ejemplo, un servicio de aulas virtuales en esta línea) hasta social media. Los blogs, las redes sociales… pueden ser espacios para la realización de actividades colaborativas y la interacción entre participantes, y una oportunidad para salir del aula “cerrada” y a veces, poco flexible, que supone el campus virtual.

No siempre los docentes tienen esta visión, digamos, sistémica, de aprendizaje en red… Y de ahí que parte de nuestra labor, desde el Área de Innovación, sea asesorarlos y orientarlos en este sentido. Además de gestionar un Programa de Formación de Profesorado que incluye diversas actividades formativas para la capacitación docente en materia de TICs y social media y que siguen, digamos, una metodología de aprendizaje abierto en red en la mayoría de los casos.

 

¿Qué aporte de valor realiza el social learning a la educación?

El aprendizaje online es, y debería de ser, social, para sacar provecho del potencial de todas las tecnologías y herramientas descritas hasta ahora. Debemos traspasar barreras de plataformas virtuales y fronteras geográficas, en pro de un aprendizaje más flexible y conectado; a veces masivo, como sucede en el caso de los MOOCs de los que tanto se habla últimamente, pero siempre, personalizado. En mi opinión, las universidades deberían fomentar que cada una de las personas, estudiantes, docentes, personal, etc., que forman parte de su comunidad universitaria, desarrolle su identidad digital y construya, sobre ésta, su propio Personal Learning Environment (los también famosos PLEs).

 

Febrero 2014