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¿Nuevo rol de los Conocimientos Previos a través de su rescate?

Sugerir un nuevo rol para los Conocimientos Previos (C.P.) exige saber qué comprendemos de éste, cuáles son las principales formas de considerar el conocimiento, qué consideramos al desarrollar la gestión de C.P. y por qué en esta Era requiere más que nunca que nos concentremos en este tema.

por Nidy Liz Marchant Díaz, Asesora Pedagógica y Diseñadora Instruccional en TICAL

 

¿Qué es el conocimiento? es una pregunta que lleva muchos años en búsqueda de una respuesta idónea. Dicha acción entrega que las múltiples definiciones derivadas de este concepto sean consideradas no sólo como una discusión atemporal entre los diversos expertos y profesionales involucrados con dicha materia, sino que también, se perciba como el ajuste necesario para cubrir las demandas sociales de cada instante histórico. Si el concepto de “conocimiento” no está, ni debiese, estar cerrado, es dable considerar que el concepto de “Conocimiento Previo” (C.P.) posea la misma necesidad de su discusión.

 

¿Qué es lo que conocemos y desarrollamos? Como docentes o Diseñadores Instruccionales (D.I.), conocemos tanto la “Teoría de la Modificabilidad estructural cognitiva” propuesta por Reuven Feuerestein como la necesidad de desarrollar, claramente para los estudiantes, los momentos (inicio, desarrollo y cierre) de las experiencias educativas. Tanto la teoría como la práctica, referidas, necesitan del desarrollo de los conocimientos previos de nuestros estudiantes. Sin embargo, en ambos casos, los conocimientos previos están confinados al desarrollo inicial de las experiencias educativas de los niños y niñas. Dicha acción deja a los conocimientos previos abandonados y olvidados, sin retomarlos nunca más, en el desarrollo de conocimiento.

 

¿Qué importancia posee que los conocimientos previos de nuestros estudiantes sean considerados en la experiencia educativa? Feuerestein, nos entrega que los conocimientos previos nos permiten que el estudiante se enlace con el aprendizaje, por tanto, cumpliría las siguientes funciones:

a) “Puente” entre el conocimiento que se posee con el conocimiento que se quiere lograr: Dicha gestión del aprendizaje observa a los conocimientos previos como: “nexo”, por lo tanto, es una instancia de “motivación” desarrollada a través de su activación.

b) Vínculo y apropiación del aprendizaje: Lazo que se crea a través de conocer a “quienes se capacita o educa” como, además, proporcionar que el estudiante retenga el conocimiento a través de “sentir suyo los aprendizajes desarrollados”.

Todo lo señalado, nos invita a cuestionar tanto el “momento de desarrollo”, que los Docentes o D.I., evidenciamos los conocimientos previos como la “función” que éstos cumplen en el aprendizaje, por tanto: ¿Se puede entregar otro y función a los conocimientos previos?

 

Marco de demandas y perspectivas relacionadas con el conocimiento

 

En el transcurso del siglo XX por Michael Polanyi, quien según Vidal Toscanini, Carlos Felipe (2011:11) “definirá al conocimiento como el resultado final de otras dos subcategorías: el conocimiento tácito y explícito”. Es así  como Polanyi nos entrega dos tipos de conocimiento que influirán en la GC (Gestión del conocimiento), pero que apuntan al grado de complejidad del conocimiento según lo establecido por Nanoka y Takeuchi. Sin embargo, éstos nos entregan un nuevo tipo de conocimiento, el implícito, el cual se clasificaría – al igual que el tácito y explícito – en el grado de complejidad. Nanoka y Takeuchi no descansan con la clasificación entregada y nos ofrecen, además, otra que se encausaría de acuerdo al grado de aplicación del conocimiento, es decir, una segunda característica fundamental de cómo el conocimiento funcionaría.

 

 

Lo señalado nos permite establecer “el tipo de conocimientos entregados” y sus autores relevantes a través del siguiente mapa cognitivo:

 

 

Clasificación de la concepción de los Conocimientos Previos (C.P.)

 

 

Al considerar la perspectiva del conocimiento que poseen los autores anteriores nos entrega su posición, ya sea implícita como explícitamente, de los conocimientos previos. Así, en la esfera Occidental, Platón considera que los C.P. son ideas contempladas por el alma y las preguntas que el maestro realiza son las que permiten obtener éstas por parte del alumno, en cambio, Aristóteles nos entrega la convicción que los C.P. son saberes dados por la experiencia y que son causadas por la sensación. En oriente, Nanoka y Takeuchi al entregar su modelo, comprendemos que los C.P., son variados y poseen distintos tipos de espacios para su desarrollo.

 

 

¿Qué tipos de Conocimientos Previo (C. P.) se consideran? Considerando el grado de complejidad del modelo SECI, podemos establecer que el tipo de conocimientos previos considerados es de la siguiente:

 

  • Supremacía de Conocimientos Explícitos.
  • Rescate parcial de Conocimientos Implícitos.
  • Rescate bajo de Conocimientos Tácitos.

 

 

Considerando el grado de aplicación el rescate de los conocimientos previos son el siguiente:

 

 

Antes de proponer el nuevo rol y función de los Conocimientos Previos, debemos comprender la importancia de la Gestión del Conocimiento y por qué se desarrolla dicha demanda en esta Era.

 

Gestión del conocimiento

 

Las frases “Impacto Educativo, impacto en las prácticas laborales e impacto en las prácticas” que obedecen al discurso de la Fundación Chile que, en primera instancia, nos conduce a considerar que lo realizado, hasta el momento, por el mercado ofertante no poseía dicho objetivo o, de poseerlo, no concretaba eficientemente éste.  En segundo lugar, se debe considerar que dicha necesidad radica no sólo en modificar los conocimientos de las personas como receptáculo vacío, es decir, del “recurso humano”, sino que éste posee intrínsecamente competencias que dependiendo de las buenas gestiones pasa a constituir el: “capital humano” de toda institución, empresa u organización. Por lo referido, se comprende que como segundo punto, se debe considerar un giro valorativo de las personas y las funciones de contribución que pueden brindar a nuestra agrupación.

 

El concepto de Capital Humano no posee una única forma de comprenderse, sin embargo, se rescata lo referido por Leiva Cabanilla, Nelson Omar (2012) que “en el ámbito de las Organizaciones, el cambio de la fuerza laboral deja atrás el Concepto de “trabajador” y lo define como “Capital Humano”. Ya no se está considerando como un Recurso de la Empresa, o como una simple acción contractual de prestación de servicios. Hoy se entiende que una persona aporta su esfuerzo y conocimientos, es parte esencial del Capital de la Empresa”. Efectivamente, es consenso casi generalizado, que gran parte de los buenos resultados que logran obtener las empresas, organizaciones, instituciones y toda organización que desarrolle administración y gestión de recursos, se debe a los conocimientos  y decisiones que las personas realizan, por ende, no son sólo recursos sino un capital activo de nuestra empresa, que dependiendo de su gestión, permite obtener o mejorar las metas prestablecidas.

 

Además, por todo lo señalado anteriormente, se comprende que el actual mundo no basta con administrar eficazmente sino que debe realizar gestiones eficientes. Se comprenderá, por tanto, que la gestión es una nueva forma de administrar, pero junto a las personas. Es por ello, que los conocimientos previos que poseen éstas son requeridos con ansias para mejorar toda organización, donde la educación no posee exclusión.

 

La gestión de conocimiento según Bustelo Ruesta, Carlota y Amarilla Iglesias, Raquel. (2001: 1-2) es “el conjunto de actividades realizadas con el fin de utilizar, compartir y desarrollar los conocimientos de una organización y de los individuos que en ella trabajan, encaminándolos a la mejor consecución de sus objetivos”. La definición entrega que tanto la organización como los individuos, que la desarrollan, poseen conocimientos necesarios de rescatar, potenciar y realizar para el enriquecimiento de los objetivos planteados por la organización, pero además, nos entrega una nueva forma de desarrollar la administración de ésta, pues tal como lo señala Alfred Marshall, en su obra Principios de Economía” (1890) citado por  Bustelo Ruesta, Carlota y Amarilla Iglesias, Raquel (2001) “la importancia del conocimiento en la gestión, al hablar de los agentes de la producción, [es] que el conocimiento es nuestra máquina de producción más potente y que la organización ayuda al conocimiento”, es decir, una relación recíproca, donde se aprovecha el conocimiento de ambos (entidad y sujeto) para obtener un mejor producto.

 

Se comprende, por tanto, un panorama donde la participación es esencial y, hoy por hoy constituye una necesidad en beneficio de la sociedad. Para comprender, con mayor antecedente, este giro valorativo del conocimiento el próximo segmento tratará su evolución histórica a través de tres etapas clave.

 

Comparación de los recursos en gestión

 

Se refiere, en el apartado anterior, que la Gestión del Conocimiento exige un cambio valorativo de los saberes que poseen tanto las personas como las organizaciones. Sin embargo, se debe precisar el cambio significativo de los recursos utilizados tanto antes como dentro de nueva era, denominada: Sociedad del conocimiento. Al respecto Bustelo Ruesta, Carlota y Amarilla Iglesias, Raquel (2001) nos entregan un esquema visual rescatado por Gorey y Dorat (1996) y Bueno (1999).

 

 

De la Figura se obtiene, en primer lugar, cuatro elementos que aumentan o disminuyen según la necesidad contextual de administración, las cuales son: trabajo, tierra, conocimiento y capital. En segunda instancia, se observa tres eras: la agrícola, la industrial y la del conocimiento.

 

Se debe considerar que las tres eras establecidas nos entregan un tipo de “innovación” en la forma de hacer las cosas y los resultados que se esperan obtener de tal gestión. Es por ello que,  para comprender a mayor cabalidad, la implicancia que posee cada etapa historia en cuanto a los recursos, se procede a su representación individual, los cuales constituyen los siguientes subapartados.

 

Era agrícola

 

La tierra constituye el elemento de mayor importancia, es decir, el pre-requisito que no puede faltar es la posesión y administración de ésta. Sin embargo, pese a constituir el recurso de relevancia para el hombre, se observa que se ubica negativamente, al igual que el trabajo, pues éstos no priman para entregar diferencia en el resultado obtenido, es decir, dependerá de factores no manejables por el hombre, por ejemplo: el clima.

 

Se debe considerar que la única forma de optimizar la Tierra – en esa época – era invirtiendo capital para poseer más, es decir, expandirse, lo cual, nos entrega un segundo fundamento del porqué ésta (la tierra) se considera como un elemento negativo en nuestro gráfico visual.

 

 

Por lo referido se comprende que el capital es un recurso que influye como tercer factor, pero el cual está al servicio del trabajo y la tierra. Es por ello que el capital está referido en sentido positivo, pues se puede incrementar con una buena administración del trabajo y la tierra, de hecho, ese es el objetivo.

 

Finalmente, el conocimiento se presenta como último elemento involucrado y, por ende, el menos importante del desarrollo de la empresa realizada en esta época, pues no requiere de mayor precisión o especificación, es decir, basta con conocer con quien transar sus productos, saber cuándo sembrar y saber sumar y restar para no ser estafado en el comercio.

 

Era industrial

 

El principal recurso es el Capital, el cual está en sentido positivo, pues depende exclusivamente de la administración de las personas su aumento, a lo cual Carlos Marx nos advierte como “fetichismo de la mercancía”, lo cual a grandes rasgos nos entrega la idea de una sociedad productora de mercancías, cuyo intercambio de éstas es la única manera en que los diferentes productores aislados se relacionan entre sí, por tanto, el valor de las mercaderías es determinado de manera independiente de los productores individuales, produciendo en términos abstractos de satisfacción, pues la mercancía no es quien regula la voluntad de producir sino es el mercado, quien realiza dicha decisión.

 

Por lo referido se comprende que el conocimiento crezca en relación a la etapa anterior, pues se especializa al considerar materias que no sólo poseen relación con la mercancía específica a producir. Además, se observa que en términos de cantidad, el trabajo y el conocimiento poseen casi el mismo peso valórico. No obstante, el conocimiento está referido en términos positivos, pues es un activo que disminuye o aumenta dependiendo de las experiencias de aprendizajes que se proporcione el sujeto y, por ende, contribuye a la organización donde desarrolla sus actividades. Sin embargo, el trabajo se ubica en término negativo, lo cual ratifica la idea planteada por Max, esto es, no se requiere producir más para ganar más sino manejar la Ley del Mercado (Oferta y Demanda en aspectos financieros para comprender cuanto producir y de qué producir)

 

La tierra, pierde su papel principal y se ubica como último recurso a considerar. Estamos en la etapa donde se producen mercancías y no necesariamente se debe contar con tierra para extraer productos de éstas para originar procesos de compra – venta.

 

 

Era del conocimiento

 

Recordemos que en las etapas anteriores el bien principal en gestión eran: Tierra y Capital, respectivamente de las eras: agrícola e industrial. Sin embargo, en la actual era, esto es: del conocimiento, es precisamente éste, el bien principal que requiere de atención para sortear con eficiencia las demandas del mercado. Es por ello que en la ilustración Nº 4, se aprecia al conocimiento con la mayor representatividad y de índole positiva, por lo tanto, constituye un activo para toda organización y, como tal, es un aporte para ésta.

 

No obstante, el capital sigue siendo un factor de importancia, constituyéndose en el segundo recurso con mayor valor de representatividad en la ilustración.

 

 

En tercer lugar se observa el trabajo, el cual se puede comprender como mano de obra. Es esta última observación la que permite comprender por qué disminuye. La tierra, en comparación con la etapa anterior, disminuye ostensiblemente, pero aún se debe contar con este recurso. La disminución de la tierra, junto al aumento exponencial del conocimiento nos entregan un escenario, en el cual, ya no es necesario estar presencialmente en el trabajo para cumplir con éste, es decir, con el teletrabajo.

 

Se comprende, con todo lo referido anteriormente, que al establecer al: trabajo, tierra, conocimiento y capital como elementos ceteris paribus  permite observar la principal preocupación o bien que las gestiones deben considerar, para así, responder en óptimas formas la demanda contextual de la era. Lo referido, no significa que todas las organizaciones se encaucen a ofrecer un tipo de bien. Lo que se quiere graficar es cada era mostrada nos muestra un paradigma económico, el cual en cierta forma influye al ámbito educativo y, por ello, actualmente la gran mayoría del planeta que aprueba la visión, donde el conocimiento es el bien preciado y necesitado, y resultaría descabellado o anticontextual presentar propuestas que no consideren dicho marco referencial.

 

Rol y Función de los conocimientos previos sugerida

 

Tradicionalmente se entrega a las universidades la responsabilidad de generar nuevo conocimiento. Es así, como Salas Opazo, Víctor (2011: 02) nos señala que “las universidades son, en general, corporaciones multiproductoras destinadas a generar conocimiento y difundirlo mediante la formación de profesionales y técnicos”. Según lo tratado en el apartado anterior,  las universidades poseen el compromiso de innovar y difundir el conocimiento explícito, para que éste, sirva a los futuros profesionales y técnicos del país. Además, parafraseando lo señalado por Salas Opazo (2011:3) “las universidades producen el conocimiento que la sociedad necesita”.

 

Debemos recordar que la forma de difusión connotada como sería y prestigiosa es a través de publicaciones ISI, el cual “es un registro de las revistas de mayor importancia científica del mundo” (Salas Opazo, 2011:4), es decir, las producciones científicas y tecnológicas poseen validez de importancia entre sus pares. Además de lo referido, ScIELO (Scientific Electronic Library Online) es una biblioteca que posee colecciones, en variadas áreas, que pueden o no poseer clasificación ISI.

 

La importancia de los artículos ISI para las universidades es que entregan un plus o valor para dicha entidad, es decir, “se dimensiona así el nivel de la producción  y la significación de las universidades (sus académicos/investigadores) en la generación de conocimiento en el país y, además, la tendencia que han tenido en los últimos años”  (Salas Opazo, 2011:4). Se comprende, de lo referido anteriormente, que valida a las universidades que posean mayor número de publicaciones en dicho sistema, lo cual se traduce, en una información necesaria de transparentar tanto a sus pares como a sus futuros interesados, los estudiantes que desearán formar parte de una institución destacada.

 

Por lo referido, es dable conocer la ubicación que posee Chile en cuanto a la producción de conocimiento. El Equipo Expansiva UDP (2012:08) señala que “Chile tiene una posición desfavorable respecto depaíses de la OCDE  en todas las dimensiones relacionadas con productividad de ciencia y tecnología (pura y aplicada) y de generación de conocimiento”, es decir, Chile comparativamente con sus pares de la OCDE está quedando atrasado en la innovación del conocimiento y, por ende, el desarrollo de conocimiento explícito es muy reducido al volumen que los otros países miembros  pueden producir.

 

Se rescata que en cuanto a “las publicaciones académicas (en relación a su población) alcanza sólo un 20% del promedio de la organización (…)”  (Equipo Expansiva UDP, 2012:08). En cuando al desarrollo de conocimiento I + D, según el mismo organismo ya referido, “Chile se ubica en el lugar 30 entre los 31 países”, es decir, el conocimiento explícito que impacta directamente en la economía nacional requiere de mayor impulso en esta materia.

 

Tanto en el ámbito acádemico como en la economía general, la producción de conocimiento explícito, requiere de nuevos mecanismos de innovación y publicación de conocimiento, por lo cual, lo propuesto por los autores nipones parece muy atractivo para incrementar las cifras y, por ende, en el desarrollo del país.

 

Es por ello, que todo lo mostrado en cuanto a la función y rol actuales no basta para contribuir a la renovación de conocimiento, lo cual podría ser obtenido a través de una nueva “gestión del conocimiento”, específicamente “Gestión del Conocimiento Previo”. De seguir en nuestro actual rescate de los conocimientos previos, obtendremos:

 

  • Limitación de su desarrollo a una de las etapas del proceso educativo: Se comprende como esencial establecer que los conocimientos previos poseen una limitación provocada por la enseñanza de comprender su desarrollo en la etapa inicial del proceso educativo o capacitación, lo cual, impide que consideremos la posibilidad de gestionar estos durante todo el proceso de experiencia educativa y, por ende, en el cierre de éste se debiese observar y gestionar.
  • Sin deber de considerarlos en la gestión del conocimiento: Se observa que el ejercicio de observarlos al inicio de la actividad educativa, produce a su vez, la posibilidad que éstos sean convocados, pero no considerados, es decir, aparecen sólo con el ánimo de vincular o conducir los conocimientos previstos a desarrollar, pero no se les permite – a los conocimientos previos – que posean la capacidad de influir y enriquecer los conocimientos previstos.
  • Limitación del rol a animar o conducir el proceso de generar conocimiento: Los conocimientos previos deben poseer la capacidad de influir en los conocimientos previstos, por lo cual, no basta que se convoquen si no existirá la posibilidad de desarrollarlos a lo largo del proceso. Al no poder ser desarrollados en todo el proceso, los estudiantes pueden sentir que dicha acción es sólo para cumplir, pero no que se crea que éstos sirvan para vincular. Con lo referido, se quiere establecer que si no se consideran los conocimientos previos para gestionar el conocimiento, éstos no poseerán ni siquiera cubierto la dimensión vinculante, pues se rompe al ser considerado como uso estratégico simplemente.

 

 

Por todo lo anterior, se sugiere que los Conocimientos Previos (C.P.)  deben ser rescatados y “gestionados” durante todo el proceso, entrelazando de dicha forma los conocimientos explícitos con los conocimientos obtenidos de nuestros estudiantes o participantes de la experiencia educativa. Con lo propuesto los Conocimientos Previos serán visibles y nos proporcionan entregan un nuevo rol a éstos, esto es: “Renovar el conocimiento explícito”.

 

 

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