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Debate: innovación, educación y empleo

El 43% de los ejecutivos considera que la innovación es una necesidad competitiva. 16 profesionales iberoamericanos, responden tres interrogantes clave y ofrecen su punto de vista sobre un tema estratégico y de máxima actualidad, que importa e impacta cada vez más a las organizaciones de todos los sectores; en especial, a aquellas que operan en ámbitos donde formación y tecnología son protagonistas. Además, presentamos resultados de la encuesta de PwC sobre innovación.

 

(@americalearning) La mayoría de las empresas son conscientes de la necesidad de innovar en su negocio para sobrevivir en el entorno económico actual, competitivo, veloz y globalizado. El problema surge a la hora de plantearse cuáles son los pasos a seguir, dónde obtener las mejores ideas o cómo organizarse para crear productos novedosos. Así lo plantea Javier González Sabater, en la introducción de su libro “5 Claves para innovar. Recomendaciones para destacar en un mercado global” (descarga gratuita), concebido como un breve manual para acercar la innovación a las empresas, desmitificar su complejidad y ofrecer un modelo de trabajo lo más simple y efectivo posible.

 

El libro de González Sabater propone cinco etapas o claves para introducir y consolidar la innovación en la empresa:

1) Entender lo que pasa en el mercado,

2) Adaptar el negocio al cliente,

3) Incorporar nuevas ideas a los productos,

4) Trabajar en forma de proyectos,

5) Impulsar el cambio en la empresa”.

 

Por su parte, la Encuesta Mundial de Innovación 2013, elaborada por PwC, reveló que para el 43% de los 1.757 ejecutivos de 25 nacionalidades, que participaron de la medición, la innovación es una necesidad competitiva para su organización (una cifra que en cinco años podría aumentar hasta el 51%, según las previsiones).

 

El estudio también reflejó que las empresas más innovadoras crecerán hasta tres veces más rápido en los próximos cinco años: el 20% de las compañías más innovadoras del mundo crecerá 62 puntos porcentuales en el próximo lustro, mientras que el 20% de las menos innovadoras, no superará el 20,7 por ciento.

 

Los datos son elocuentes y manifiestan claramente que la innovación es un factor sensible, crítico y estratégico. Más aún para aquellas organizaciones involucradas fuertemente en proyectos formativos apoyados en tecnologías.

 

Conscientes de ello, desde America Learning Media iniciamos un debate en varios Grupos de Linkedin y consultamos puntualmente a especialistas, para poder conocer cuál es la percepción de los profesionales de diferentes sectores, en relación a tres preguntas puntuales:

  • ¿Se puede enseñar a innovar?
  • ¿La empleabilidad está relacionada con la capacidad de innovar?
  • ¿Cómo se pueden generar condiciones para favorecer la innovación en el ámbito laboral?

 

Veamos la opinión de empresarios, emprendedores, académicos, funcionarios de carrera, investigadores, y directores de proyectos e iniciativas de impacto regional:

 

Mónica Luque, directora de ACE - Advanced Continuing Education del Consorcio Iberoamericano para la Educación en Ciencia y Tecnología – ISTEC: Desde mi perspectiva, la innovación es parte de un aprendizaje importante. Pero éste aprendizaje no refiere tanto a procedimientos sino a conocer cómo posicionarse y desde qué lugar interactuar. Y ello es así particularmente ahora, cuando ya se sabe que el cambio no puede implantarse sino a condición de ensamblarse en todos los niveles de la organización. Esto es, de un modo estratégico. Al respecto, deseo transmitirles lo que Constantinos Markides enuncia: "...en innovación estratégica el trick no es ser el mejor jugador sino saber jugar diferentes juegos...". La cuestión entonces es saber reconocer el entorno y promover nuevas reglas de juego.

No cabe duda que el contenido de la enseñanza se encuentra directamente relacionado con aquello que las sociedades valoran y, también, con las metas que dichas sociedades conciben en torno a sus propias aspiraciones para el logro del desarrollo humano. En este contexto, podemos preguntarnos: ¿por qué es tan importante enseñar y aprender a innovar hoy?

En un mundo globalmente interconectado y en red, conformado por relaciones e intercambios de grandes volúmenes de información, la innovación posee un valor estratégico que debe ser bien entendido. Por un lado, los individuos deben incorporarse activamente a este nuevo e inestable escenario pero, también, deben comprenderlo, asimilarlo y hallar el intersticio que les facilite ser parte activa del cambio. En segundo lugar, se debe desarrollar capacidad para aprender a lo largo de toda la vida, para adaptarse y para prever los cambios por venir.

A esta clase de capacidad o destreza para innovar, Howard Garner (Director del Proyecto Zero -en Harvard-, reconocido por su contribución a la comprensión del modo como opera la inteligencia humana y su desarrollo a través de inteligencias múltiples) la ha identificado como una de las inteligencias más importantes para los próximos años pues implica asimismo la adaptación a un contexto cambiante y, por ello, se encuentra claramente vinculada al desarrollo de las competencias que reclama el medio productivo.

Al respecto, es importante recuperar aquí las declaraciones de la OCDE, en cuyos recientes documentos reconoce que la innovación debe ser parte de las competencias humanas más importantes a desarrollar.

Aunque la capacidad para innovar es apreciada y valorada en el mundo productivo, todavía se le considera un intangible no explicitado claramente y, por ello, se encuentra pendiente de un tratamiento operacional que facilite reconocer sus rasgos más relevantes así como sus áreas de actuación.

Finalmente, en un estudio desarrollado por el BID en el que se somete a examen el estado actual de la innovación empresarial como capital intelectual de las pymes de alto crecimiento en Brasil, México y Chile, se ha hallado una serie de interesantes conclusiones:

  • Una de ellas nos indica que, aunque el desarrollo de productos nuevos y la generación de ideas nuevas son factores determinantes a la hora de explicar el crecimiento empresarial, ello no se traduce en la generación de patentes. No es así en otros países con mayor nivel de desarrollo, donde se valora y protege la producción del capital intelectual. Esta situación nos estaría evidenciando que en nuestros países existe una tradición cultural que aún no ha afianzado la valoración positiva de la capacidad de innovar.
  • Otro rasgo detectado en este estudio nos indica que la innovación de mayor impacto es la de producto y en muchos casos, la iniciativa empresarial asume la conducta de imitar y adaptar el producto del extranjero. Aquí es importante advertir que la innovación en el área de servicios y procesos es aún poco visible.

Quizás lo dicho hasta aquí pueda explicarse por el hecho de que la innovación generalmente es emprendida por capitales propios ya que los préstamos bancarios no son accesibles para la financiación de lo nuevo.

¿Es importante fomentar la innovación? Claramente se puede responder que sí. Y el ámbito laboral constituye sin duda el ámbito privilegiado para estimular el cambio y las nuevas ideas.

 

Alfredo Leone, Managing Director de Izzui (Estados Unidos): Enseñar a innovar no es necesariamente el objetivo de una empresa, ya que la motivación y la creatividad que generan innovación son características humanas que se desarrollan en varios contextos dentro y fuera del laboral.

Lo que las empresas tienen que hacer es crear un ambiente laboral abierto y colaborativo donde la innovación hace parte de lo cotidiano.

Un paso importante es desarrollar “centros de innovación” accesibles con un enfoque específico, que ayuden a mostrar el camino y animar a los empleados a participar.

Esta participación abierta a innovar es la parte más crítica del proceso ya que imponer la innovación a través de incentivos por un lado o sanciones por el otro no genera resultados.

Lo que las empresas más innovadoras como Google y Apple hacen es dejar las puertas abiertas de forma que las ideas puedan ser compartidas. A partir de allí, hay que tener un proceso para que las ideas sean experimentadas rápidamente, sin miedo de hacer errores y sin barreras corporativas que afecten los esfuerzos.

Adicionalmente, la utilización inteligente pero no “controladora” de herramientas y redes sociales para facilitar la comunicación entre los empleados es fundamental para establecer una cultura de innovación cotidiana.

 

Sally Buberman, cofundadora de Wormhole (Argentina): Primero que nada habría que destacar que lo que tiene que tener un innovador es una idea movilizadora. Si bien no se puede enseñar a tener ideas creativas, hay una serie aspectos que se pueden tener en cuenta para invitar a nuestro equipo a innovar.

La forma de desarrollar las tareas requiere una reorganización cultural para la eficiente aplicación de la innovación. Wormhole ofrece una amplia gama de servicios de live learning diseñados para trabajar en zonas donde la conexión a Internet es pobre y poco fiable. Ese fue el puntapié inicial que nos invitó a emprender, y a partir de ahí todo lo que se hace día a día es innovación, y muchas de esas ideas superadoras, surgieron de nuestro equipo.

En Wormhole favorecemos la innovación en todo sentido. Buscamos que nuestros colaboradores estén cómodos, que trabajen a gusto. Eso nos ha traído enormes satisfacciones porque sabemos que si uno está a gusto y feliz, las ideas surgen naturalmente. Para favorecer la creatividad, intentamos generar un ambiente laboral feliz: tenemos clases de stretching, horarios flexibles, y continuamente nos estamos adaptando para que frente a cualquier dificultad, podamos transformarla en una oportunidad, para nuestro equipo y para nuestra empresa.

 

Ramon Archanco, fundador & CEO - Infocenter Centro de Investigación (España): La innovación no solo es creatividad sino que también necesita de un adecuado procedimiento. Solo los virtuosos en su "caos" son capaces de monetizar su ingenio y crear riqueza para terceros

Siempre que una innovación ha "tocado" la creación de valor, el empleo ha surgido de forma inmediata. Me remito a los hechos históricos. El teléfono, el avión, internet, los autómatas. Todos ellos han creado muchísimo empleo, aunque a la vez hayan castigado a otros sectores, pero en conjunto nos han hecho la vida más fácil a muchísimas mas personas

¿Cómo se pueden generar condiciones para favorecer la innovación en el ámbito laboral? En primer lugar es esencial que haya un líder comprometido. En segundo lugar aplicando metodología. Es fundamental disponer de un "guía profesional" que haga de "partera", para poder desarrollar toda la potencialidad del equipo.

 

Victor Manuel Rosario Muñoz, director de Formación Docente e Investigación Sistema de Educación Media Superior Universidad de Guadalajara (México): La innovación como proceso de aprendizaje puede construirse desde la escuela y en específico, la pueden potenciar los docentes en el marco de sus actividades cotidianas. Esto significa que enseñar a innovar es una competencia transversal en cualquier nivel y modalidad educativa.

La innovación se desarrolla mediante diversas situaciones de aprendizaje desde y con las y los estudiantes, como pueden ser: explicar el proceso seguido para el diseño de proyectos; la elaboración y planteamiento de preguntas a partir de actividades individuales y grupales; bosquejar posibles soluciones de carácter colegiado; aprender de manera colectiva y con inclusión; debatir las ideas y comunicarlas en diferentes medios y formatos; generar contenidos con el soporte de las TIC; manejo de proyectos y realización de tareas para el aprendizaje en red con los pares y desde una perspectiva internacional.

En este sentido, una persona que hace de su práctica un acto de aprendizaje permanente, genera capacidad educativa para la empleabilidad. Por lo tanto la capacidad de innovar en diferentes ámbitos y contextos representa uno de los factores determinantes para el acceso y permanencia en algún empleo que implique, sobre todo, saberes complejos y toma de decisiones oportunas y a tiempo. Este principio está mediado por la capacidad de crear, de hacer cosas diferentes, de plantear nuevas interrogantes sobre un contenido y elaborar reportes sobre hallazgo específicos.

La formación universitaria representa el nivel educativo por excelencia en donde se configuran las competencias profesionales, mismas que se fueron conformando durante las trayectorias educativas de las personas, a partir del inicio de su proceso de escolarización. Es importante reconocer que existen otros factores que se asocian a la capacidad de generar innovación como lo es el hecho de desarrollar otras habilidades de carácter cultural, deportivas, literarias, tecnológicas, comunicativas, sobre todo cuando estas acciones se acompañan en una atmósfera trabajo en comunidad.

En el ámbito laboral, se pueden generar condiciones para favorecer la innovación, si y solo sí las y los trabajadores construyen su proyecto de vida y desarrollo profesional. Además cuando las organizaciones se mueven en un ambiente de proyectos colaborativos y sus miembros tienen certidumbre y crean desde sus espacios laborales, valor agregado a sus procesos y productos, la innovación será una práctica constante en la organización, evidenciada por la calidad del quehacer sus miembros. En este sentido, la innovación en el ámbito laboral se desarrolla de manera integral y con la conducción y liderazgo de quienes tienen la responsabilidad de la gestión institucional. Tanto el liderazgo desplegado por éstos, la percepción positiva interna y externa, de la sociedad civil y, la conducción de las organizaciones con principios éticos y sociales, propician condiciones directamente proporcionales a los ambientes participativos, incluyentes, solidarios, de respeto y equidad.

La innovación, por lo tanto, no se reduce a procesos o acciones de carácter técnico, mucho menos de tipo instrumental, considerados como suficientes para transformar las condiciones para la empleabilidad. La innovación es un proceso estructural, multifactorial, pero también tiene que ver con la actitud, con el ser más que con el tener. Representa una forma de vida y de transformación permanente.

El innovador es una persona que cuestiona, problematiza, se compromete, se mueve con disciplina, asume el respeto mutuo como el camino para construir en comunidad; investiga, compara, conforma redes de aprendizaje, es generoso, comparte información, genera conocimiento nuevo. El innovador es un emprendedor que renueva el tejido social tanto en los espacios productivos como sociales y educativos.

 

Carina Lion, directora General del CITEP - Universidad de Buenos Aires (Argentina): Entiendo la innovación como la posibilidad de generar rupturas frente a ciertos modos y tradiciones instaladas. La innovación se lee en el contexto y en clave de época. Exige, además, cierto reconocimiento de una comunidad para ser "consagrada" como tal. Teniendo estas ideas en mente, creo que se puede enseñar a innovar a todo aquél que se arriesgue a experimentar y que tenga deseos de  cambiar una práctica determinada.

Nos podemos inspirar en innovaciones de otros y también en nuestra imaginación. Pero, enseñar a innovar requiere de un análisis profundo acerca de cuál es el sentido del cambio y el despliegue de estrategias creativas para lograrlo.

Se puede enseñar ayudando a recrear la imaginación; la posibilidad de pensar en múltiples perspectivas sobre un tema, un problema, un contexto; pensar en abanico (abriendo alternativas), pensar con imágenes en 4 dimensiones no sólo en 2, hablando metafóricamente; es decir desplegando escenarios y flexibilizando alternativas. No conozco mucho qué se exige en el ámbito laboral pero la capacidad de pensar con otros, de contar con múltiples estrategias y de pensar EN la acción son capacidades que pueden enseñarse.

 

Javier González Sabater, profesor y consultor en transferencia y vinculación universidad-empresa, y co-fundador de Univercyt: absolutamente, se puede enseñar a innovar. Hoy en día existen muchísimas metodologías y técnicas de apoyo que permiten comenzar a innovar en cualquier organización, además de personas de enorme talento para ello.

Pienso que la empleabilidad está relacionada con la capacidad de innovar, ya que las personas más innovadoras son capaces de adaptarse a las nuevas situaciones y por tanto a prepararse para nuevas tareas y responsabilidades.

¿Cómo se pueden generar condiciones para favorecer la innovación en el ámbito laboral? Sin duda creando un entorno culturalmente favorable a la generación de ideas, al trabajo en equipo, al debate sano, a la incorporación de las necesidades del cliente en todo el proceso, etc.

 

Eduardo Martínez, consultor en Tecnología Educativa y director de Capacimac (México): La innovación sin duda es el eje del éxito de muchos empresarios. Simplemente cabe citar los casos más conocidos a nivel mundial como los de Steve Jobs y el de Mark Zuckerberg.

Desde mi experiencia he impartido la materia de creatividad aplicada a la mercadotecnia y comunicación, obteniendo resultados muy positivos en los trabajos desarrollados por mis alumnos. Para ello, establecí una metodología que pudieran seguir a través de ejercicios que los fuesen llevando poco a poco a plantear soluciones creativas para la realización de campañas publicitarias. Por tanto creo que la innovación podría impartirse como una materia en todas las licenciaturas, buscando finalmente que el estudiante opte por el camino alterno y no por el convencional para plantear una solución a un problema determinado

Actualmente vivimos un gran problema de incertidumbre económica a nivel mundial y por tanto también de desempleo que corta las aspiraciones de muchos profesionistas que están dispuestos a trabajar de manera eficiente y responsable. No obstante creo que el impacto y el impulso que ha tenido internet en los últimos años, ha propiciado que se generen negocios sustentables usando recursos propios que puedan ser motivo de generación de ingresos.

La innovación será siempre motivo de éxito y dentro del ambiente laboral será muy bien reconocido el hecho de proponer ideas que aporten beneficios para la comunidad, sin embargo en muchas empresas no se tienen los estímulos suficientes para que el empleado se sienta motivado a realizar un esfuerzo adicional para generar ideas creativas que aporten soluciones, es más, a veces se sienten temerosos que personas con mayor jerarquía “se roben” estas aportaciones y las presenten como suyas.

Las compañías deberían de apostar por la innovación no importando su tamaño y para ello hay que crear todo un mecanismo de incentivos e impulsos que le permitan al empleado común ser parte activa de proceso creativo.

Las universidades destinan esfuerzos para llevar a cabo las incubadoras de negocios con el objetivo de generar ideas productivas que puedan posteriormente salir al mercado. Así mismo empresas consolidadas a nivel internacional destinan grandes sumas de dinero a la investigación y desarrollo, tal  es el caso de los laboratorios farmacéuticos, por consiguiente se encuentran vigentes en el mercado.

A manera de conclusión se puede afirmar que alguna vez todo mundo ha tenido una idea brillante en la cabeza, pero muchas veces el miedo y la desidia hacen que esta propuesta jamás se realice. Aprender a salir del cascarón para salir de la zona de confort es la clave sin duda.

 

Cristina Ureña, responsable de Comunicación con Medios - Overlap (España): Para ser innovador uno tiene que tener primero una visión global, saber detectar oportunidades favorables a la empresa, teniendo en cuenta que puede triunfar o fracasar. Ese salto conlleva un riesgo, y por lo tanto un costo para la empresa, pero también supone un ejercicio de creatividad, talento e imaginación basado en un buen desarrollo de ideas. A este punto llegamos cuando detectamos una necesidad  no cubierta. Es ahí cuando entra en juego todo el potencial que pueden aportar las personas a la empresa en cuanto a innovación y que por supuesto se puede enseñar, y del mismo modo, uno se puede entrenar  basándose en la observación, estudiando los diferentes mercados o países. Este proceso de puesta en marcha no siempre es lineal, sino que es repetitivo en numerosas ocasiones. La búsqueda de ideas lleva a detectar nuevas oportunidades y soluciones innegablemente necesarias.  Para llegar a cambiar, es muy probable que la empresa tenga que experimentar  ocasionadas  veces. Eso no quita que hay personas que nacen con la capacidad innata para detectar oportunidades en cualquier mercado.

Hemos hablado de visión global y talento, pero la tecnología juega también un papel muy importante a la hora de innovar y poner en práctica la innovación empresarial. Coordinarse con otras personas, lograr involucrar a los socios, vender las ideas en el mercado o vencer la resistencia al cambio de los trabajadores de la empresa son acciones que serán necesarias para conseguir ser realmente innovador.  Todas estas son habilidades son también necesarias para ser realmente exitoso. La aportación de ideas comunes supone un gran beneficio para la empresa, donde la libertad de ideas pueda llevarse a cabo gracias a la obtención de información de los demás, dejarse  aconsejar y ante todo aprender de las críticas. La tecnología juega ahí un papel fundamental para el aprendizaje común y continuo a través del desarrollo de herramientas. A ello hay que añadir un último punto al que hago especial hincapié, y es el de contar con un diseño que haga nuestra oferta atractiva. Tecnología y diseño, por lo tanto, permitirán hacerlo seductor.

Por lo tanto, es necesario la innovación continua y estar al día en las tendencias que va marcando el mercado en los próximos años y conseguir que nuestra empresa sea consciente del futuro prometedor que le espera si está a la orden del día en ellas. La implantación de estrategias a la empresa allá donde flaquea, le permitirán innovar en terrenos como la gamificación (una de las doce tendencia que contiene el el Informe de Tendencias en Aprendizaje y Desarrollo de la Consultora Overlap), que hace atractivo el producto, permite a empleados y clientes conseguir méritos y objetivos profesionales y ante todo, el desarrollo y el talento de las personas que forman la Organización, pero sin olvidar como decía Woody Allen: “Si no estás fracasando una y otra vez, es que no estás haciendo cosas muy innovadoras“. Innovación, aprendizaje y desarrollo continuo y talento/ingenio son las claves del éxito.

 

Marcos Fontela, CEO de Tecnonexo (Argentina): Hay una serie de recomendaciones para favorecer la innovación, muchas de ellas transgreden el sentido común:

1) Evitar castigar a los que fracasan o cometen grandes errores.  Si queremos innovar, tenemos que saber que tenemos que combatir la inacción y la cultura de evitar los riesgos. Quien haga mucho, seguramente cometerá errores, algunos grandes. Celebremos la actividad, la capacidad de proponer, aún cuando muchas de las propuestas sean fracasos costosos.

2) Contratar gente que no se adapte a la cultura organizacional. Parece un contrasentido, pero las personas disruptivas, esas personas que hacen que nos sintamos incómodas, son las que más probablemente propongan ideas o miradas distintas. Si contratamos a colaboradores con el mismo enfoque o cosmovisión, muy difícilmente aumentemos el pool de innovación.

3) Postergar las evaluaciones económicas de las ideas todo lo que se pueda. Hacer pasar a una idea nueva por un test financiero en una etapa temprana probablemente mate proyectos que simplemente no han llegado a explorar todas las ramificaciones posibles.

4) Dejar que los empleados de la empresa tengan tiempo de hacer lo que les gusta, y de hacer propuestas para que la empresa se dedique a hacer lo que ellos les gusta. Es la mejor manera de agrandar la base de selección de proyectos; es posible que el 95% sean disparatados, el 4% sea inviable, y dentro del 1% exista alguno que otro que funcione. Eso es lo que normalmente se necesita.

5) Nuevamente, buscar personas disruptivas, que desafíen a sus jefes. Los ambientes corporativos suelen expulsar a las personas complicadas, que pelean con sus pares y sus jefes. Si bien no toda persona conflictiva es deseable, sí es importante seguir con atención a este tipo de personas, ya que en algunos casos puede ser que su conflicto sea precisamente con un status quo que debe ser modificado.

 

Orlando Enrique Castellón Tellería, Coordinador Conceptual del Proyecto Modelo de Administración del Sistema Impositivo en el Servicio de Impuestos Nacionales de Bolivia: El éxito de las empresas que trascienden las épocas radica en su capacidad de adelantarse al futuro ofreciendo nuevos productos o nuevas formas de servir. En el sector público significa evolucionar desde una administración por funciones hacia una gestión por procesos de negocio, que además establece los medios para integrarse con otros actores públicos y privados privilegiando la calidad sobre la burocracia para beneficio de sus administrados y también de sus clientes internos. Enseñar a innovar parte por romper viejos paradigmas y superar la resistencia al cambio con el convencimiento de que se puede trabajar mejor sin que signifique trabajar más.

 

José A. Castro, cofundador Certifica Group, a propósito de este debate, compartió con America Learning Media algunas reflexiones que escribió sobre ‘maestros depredadores de creatividad’: Hace ya casi 15 años, mi maestro Horacio Marchand, escribió premonitoriamente: “No se sabe cuándo el zombie dejó de ser guerrero. Quizás fue desde que era niño cuando un maestro insensible se burló de él por hacer preguntas ‘tontas’. Quizás fue un jefe que lo reprimió por honesto o por mostrar iniciativa ‘excesiva’. O quizás fue el simple hecho de que se animó a decir la verdad en un ambiente políticamente desfavorecido. O quizás fue una combinación de todo lo anterior” (El Zombie, 1998. Horacio Marchand).

Desde hace largo tiempo que gira en mi cabeza un tema no resuelto, un asunto de aquellos cuya solución socialmente aceptada no hace sentido, al menos, a mí no. ¿Por qué nuestros hijos día a día requieren más de tutores extraescolares, psicopedagogos y expertos que les “apoyen” para lograr las exigencias escolares? Curiosamente y en contraposición, los niños no requieren de ninguna de ayuda para concentrarse por largas horas en un video juego, en una película de cine, una excursión de pesca o un simple cuento infantil nocturno inventado por su progenitor para invocar el sueño y la imaginación.

En el artículo El Zombie de Horacio Marchand se describe magistralmente una condición de aletargamiento y estancamiento, que marca a muchos individuos cuando los consume la rutina y el sistema.

Efectivamente, hay un punto que el sistema, lo social y lo políticamente correcto depreda toda suerte de creatividad (los sueños), irreverencia, emprendimiento e innovación.

En lo personal y regresando a los niños y a la situación de hecho en que ellos deben recibir cada vez más apoyo extraescolar, me sumo a una postura crítica y contraria a aquellos profesores (… quisiera decir “maestros”), que llaman a los padres para anunciarles que sus hijos no ponen atención en clases, que son inquietos y que vuelan mientras ellos intentan pasar la materia.

El tema no es del todo simple. Entiendo que las cosas no son blancas o negras y que hay casos y casos, pero, basta ya de engañarnos… Profesores y maestros estamos haciendo ZOMBIES: si un niño no pone atención en clases, el problema no es el sistema ni el método educacional, es el niño, y por lo tanto ¿qué hacemos?

Todos conocemos las repuestas: ayuda con psicopedagogos, medicamentos para mejorar la concentración, tutores, “Summer School”… Por Dios!! Y ¿no será que el sistema es el que falla? ¿No será que hay maestros y padres facilistas?

Sinceramente el tema me indigna porque creo que los padres somos cobardes. Vemos que algo no camina bien y vamos por la solución que al niño no lo frustre. Pensamos que los malos resultados académicos los frustran, entonces los reforzamos. Sin embargo, les estamos diciendo: “Este es el Sistema, este el Modelo y debes adecuarte a él”.

El tema es complejo y hay casos y casos. A favor de los maestros debemos reconocer que muchas veces, éstos carecen de recursos suficientes y de compensaciones económicas justas para desempeñar motivados, una las profesiones más nobles y trascendentales del ser humano.

¿Qué debemos hacer entonces? A lo menos pongamos una luz de alerta y no demos el tema por solucionado. Demos el beneficio de la duda a nuestros hijos y no frenemos su creatividad.

Si fuimos capaces de engendrar seres “inquietos y atrevidos”, seamos responsables con ellos y no los transformemos en ZOMBIES, miren que los adultos también nos equivocamos y, mucho.

Disculpen por lo atrevido e irreverente, pero, me salió el niño que llevo adentro (ver ‘Padres y educadores que depredan la creatividad’).

 

Silvia Lazzaro, investigadora independiente en el área de Humanidades y Ciencias Sociales en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), y docente de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina): Creo que todo está articulado en el mismo proceso. Se puede enseñar a innovar, sin duda, pero siempre que nos encontremos y hallemos condiciones que deberían ser previas, para luego involucrarse en el proceso de enseñanza.

 

Daniela Curvale, docente en la Universidad Nacional de San Luis: Desde mi pensamiento, innovar implica procesos de creación de algo, nuevo o la adaptación y reorganización de cuestiones ya existentes, que generen una mejoría. Coincido con Silvia Lazzaro, que desde la enseñanza se puede promover este tipo de capacidades, pero para ello, es necesario romper con algunas pautas, como por ejemplo los modos de evaluación, para llevar a cabo la enseñanza del tema que corresponda, despertando las inquietudes de las personas para que sean creativas y sepan construir estrategias de sus intereses personales, aún teniendo que cumplir con tópicos de enseñanza obligatorios. Entonces ¿cómo podemos lograr que el educador y las instituciones favorezcan la versatilidad de promover las diferentes inteligencias de cada individuo?

Como docentes podemos promover diferentes actividades, aunque muchas veces haya alguna institución o profesor que condicione a los subordinados a una forma de trabajo y/o evaluación. En especial en las carreras de las llamadas ciencias duras.

Pienso que no necesariamente se deben romper las reglas, sino hacerlas "flexibles" mostrando las ventajas de utilizar otras metodologías de las cuales se pueden evaluar los mismos conceptos.

Entonces, como docentes debemos capacitarnos para ser innovadores. Pero llevarlo a la práctica y transmitirlo son otras etapas del proceso. No creo que se necesiten grandes, ni nuevas herramientas para ser innovadores, ya que parte de ser innovadores implica la capacidad crear... El ser creativos, imaginativos se puede promover con juegos, con desafíos en donde los protagonistas (alumnos) se diviertan y no se los estructure o exija un cierto resultado.

 

Cesar Romero Arias, Jefe de Unidad Académica en el Instituto de Educación Superior Pedagógico Solidaridad Campoy: Si el tema es determinar cómo innovar, hay muchas estrategias que nos pueden conducir a buenos resultados. Pero debemos estar convencidos que lo que hacemos es bueno. Eso va a cambiar nuestro paradigma de vida, de trabajo, en todo orden de cosas. Si esta parte fundamental no cambió en nuestro pensamiento y en nuestro ser, lo demás no va a cambiar nunca. Y este trabajo es el mas arduo, porque hay que cambiar formas de pensar, formas de ser, formas de trabajo, costumbres, hábitos… un trabajo de todo profesor en el aula y en el taller.

 

Alberto Nelson Vargas Callejas, analista de Procesos - Caja de Salud de la Banca Privada (Bolivia): La innovación viene de la capacidad de ser creativo, tener ideas. Lo único que hacemos con la innovación son ponerlas en práctica, pero existen barreras y una de las principales precisamente son los paradigmas mentales de las personas.

Por otra parte, la empleabilidad SÍ está relacionada con la capacidad de innovar porque de la creatividad y la innovación eficiente y concreta de las ideas, surge el emprendimiento y del emprendimiento la empresa.

En cuanto a generar condiciones, precisamente hay que buscar el canal adecuado para hacer posible esa innovación, por ejemplo en un ámbito sumamente normativo, es casi imposible dar lugar a una innovación, como es el ámbito público (administración pública); la innovación está en el cómo, pues el resultado ya está dado por la norma vigente; otro camino será el emplear una metodología adecuada basada en un cambio tecnológico dentro de ese tipo de entidades, pues en el ámbito privado es más flexible.

 

Donald Amezquita, profesional de Administración gubernamental (Colombia): El proceso de innovación en todas las organizaciones, tanto públicas como privadas, se constituye a partir de la capacitación del personal, debido a las nuevas herramientas que el mundo nos trae en el día a día. Los resultados se basan en la preparación autónoma y de la alta gerencia, para el cumplimiento de las metas y objetivos de la organización.


Patricia Cabrera Zagal, experta en Orientación Vocacional y fundadora de Mi-Carrera.com (Chile): En relación a la innovación en la educación opino que no se trata de enseñar a innovar, sino de descubrir en qué se es innovador. Uno puede ser innovador en mecánica y otra persona serlo en lo organizativo, etc. De allí que es tan importante descubrir la vocación en la persona porque en ella se es innovador. Esta es la labor que hemos investigado y desarrollado en mi-carrera.com

En cuanto a la innovación en la empleabilidad, creo que no está favorecida en lo absoluto. Si un empleado innova en algo, es la empresa la propietaria de esa innovación por el hecho de estar contratada en ella.

Por otro lado la propiedad industrial no está al alcance de una persona natural, sino es más bien para empresas, por su algo costo. Y tal como dice el artículo “Innovación en la educación y la empleabiidad” de Mónica Luque, los bancos no financian proyectos innovadores, por lo que estamos obligados a financiarnos con capitales propios.

Lo único que favorece actualmente la innovación por su accesibilidad y bajo costo es la Propiedad Intelectual.

 

 

Artículo complementario sugerido: “Innovación pedagógica en la educación superior a través de la integración tecnológica”, por Dulce García, presidente ISTEC – Consorcio Iberoamericano para la Educación en Ciencia y Tecnología.

 

Octubre 2013