Análisis |
Los 4 cuadrantes de la internacionalización universitaria iberoamericana en investigación e innovación |
El autor desbroza elementos relacionados con la internacionalización universitaria a partir de imágenes sesgadas sobre este proceso. por Carlos Alberto Vigil Taquechel, consultor en cooperación internacional, internacionalización universitaria y gestión de proyectos, y cofundador de Univercyt
Para hilvanar este artículo sobre la internacionalización universitaria voy a recurrir a uno de los estereotipos más frecuentes, el que lastimosamente reduce a la internacionalización a acciones de movilidad docente y estudiantil, en detrimento de muchas otras manifestaciones, que pueden ser implementadas a nivel internacional en el seno de una institución universitaria con los más variados objetivos: mejorar el prestigio y visibilidad, fortalecer la capacidad institucional, mejorar la calidad de la docencia y la investigación, contribuir al desarrollo económico local o regional, tributar a la producción de conocimiento o generar ingresos; por sólo citar algunos de los propósitos por los que una universidad apuesta por la internacionalización.
¿Quién no ha visto notas de prensa o artículos sobre la actividad internacional de una universidad con el título “la universidad X fortalece su proceso de internacionalización”, en la que se asocia la noticia a una foto en la que aparecen una decena de estudiantes extranjeros con el más variopinto aspecto; como muestra de que la institución ha logrado atraer a estudiantes de diversos rincones del mundo?
O como constatamos quienes profesionalmente nos dedicamos a este sector y a los que nos resulta bastante frecuente analizar documentos e informes sobre los procesos de internacionalización de universidades, en los que encontrar referencias sobre el impacto de la actividad internacional en el fomento de sus actividades de ciencia, tecnología e innovación; parece un desafío, para no referir que temas como transferencia, patentes y vinculación con el sector empresarial, generalmente brillan por su ausencia.
Quiero, por ende, abordar la puesta en marcha de estrategias de internacionalización en función de las actividades de I+D en las IES, que consideramos de primerísimo orden y que nos ha llevado como parte de la metodología IN4DES, a formular un modelo de alianzas institucionales, que debe ser diseñado a la medida de cada institución, a partir de un profundo análisis DAFO, que dará pie a la consolidación de un entramado clave de socios e interlocutores en cuatro niveles de intervención geográfica. Este modelo intenta promover el establecimiento y consolidación de manera planificada de vínculos sostenibles de cooperación con otras instituciones de educación superior (IES), centros de investigación, centros tecnológicos y empresas a partir de las áreas de excelencia de una universidad.
Comparto, entonces, algunos elementos de cada uno de los niveles que el modelo define, y que constituyen la base de una intervención armónica que busca garantizar una activa y eficiente participación de las IES que lo apliquen en redes, programas y proyectos de un elevado impacto, en los que se establezcan vínculos sostenibles que impulsen la cooperación en ciencia y tecnología, así como el fomento de actividades de transferencia de tecnología, emprendimiento tecnológico y colaboración con el tejido empresarial.
Cuadrante 1: Nivel Local/Territorial
Es el cuadrante primario y lo representamos en el sector izquierdo inferior. En este tienen lugar dos procesos fundamentales, las relaciones existentes dentro del universo de las propias IES (ver ‘La internacionalización comienza en casa’), y las relaciones de colaboración interinstitucional que cada universidad construye con otras entidades de su propio territorio, entendiéndose por ello: ciudad, provincia, estado federal, región autonómica o cualquier otro espacio territorial, que pueda ser considerado como nivel local en el amplio espectro de denominaciones que existen, de acuerdo a la división político administrativa de la región iberoamericana.
Sobre la proyección en este nivel me gustaría apuntar lo siguiente:
A modo de resumen, podríamos decir que este es un cuadrante estratégico porque en un entorno tan competitivo como el de la educación superior no tiene el mismo impacto salir al mercado como una universidad independiente, que como parte de un pool de instituciones de una misma región. Esto cobra mayor importancia para las instituciones de Iberoamérica que en su mayoría salen a competir en desventaja con relación a instituciones anglosajonas y de otras regiones del mundo, que la superan en infraestructura, tecnología, financiamiento y capital investigador. Aunque en general se ha avanzado poco en este sentido, es justo reconocer que se observan en Iberoamérica algunos ejemplos interesantes que merecen ser estudiados y que han tenido como resultado que algunas ciudades y regiones comiencen a aparecer entre los mejores ecosistemas de innovación a nivel global.
Cuadrante 2: Nivel Nacional
Este cuadrante no es menos relevante, ya que aborda la necesidad e importancia de contar con sólidas alianzas en el contexto nacional. En nuestro gráfico está representado en el sector derecho inferior. En esencia, el proceso que tiene lugar a este nivel es una extensión del cuadrante 1 en el que la institución se proyecta a nivel nacional. Incluso es normal que en países pequeños, como por ejemplo los centroamericanos, la línea que separa ambos cuadrantes se difumine. Aunque resulta esencial establecer la diferenciación en países de grandes dimensiones territoriales como Brasil, Argentina y México, o en países no tan extensos pero con diferencias significativas en la estructura económica y niveles de desarrollo social de sus territorios, como puede ser el caso de España, Chile o las naciones de la región andina.
Considerando que en la mayoría de los países iberoamericanos existen organizaciones que aglutinan a las universidades, quiero hacer una salvedad. Aquí no se trata de que la institución esté adscripta al Ministerio de Educación Superior o sea miembro de la Conferencia Nacional de Rectores, la Asociación Nacional de Universidades u otra organización cualquiera que exista a nivel nacional, aquí se trata de que la universidad identifique, construya y fomente una amplia red de socios nacionales (dentro y fuera del sistema de educación superior) que sean potenciales interlocutores estratégicos en la implementación de proyectos y acciones emprendidos por la universidad con una visión global.
En el gráfico se representa el sistema de alianzas institucionales necesario para que una IES desarrolle eficientemente su actividad de internacionalización en ciencia y tecnología. En el mismo se ilustra como la IES deberá contar con un amplio y diverso entramado de cooperación en los cuatro cuadrantes de intervención geográfica, identificando en función de sus estrategias de desarrollo institucional e internacionalización aquellas entidades que constituyen aliados estratégicos, ya sean otras universidades, centros de investigación, centros tecnológicos o empresas con capacidad para participar en actividades de I+D. En el caso de las relaciones con el sector empresarial, estas son representadas lo más alejadas del eje Y, en ambos extremos del gráfico, para destacar la importancia de este vínculo en el que las universidades intervienen en acciones de un alto valor y en el que se deben consumar los procesos de transferencia de tecnología, y demás actividades de carácter innovador como son por ejemplo la gestión de la propiedad intelectual, la generación de patentes de los resultados científicos y obviamente la aplicación, producción y comercialización de esos resultados.
Cuadrante 3: Nivel Regional
Es el primer cuadrante internacional y aparece representado en el sector izquierdo superior. Es tal vez el cuadrante del modelo al que más atención deberían prestar las universidades de la región (entiéndase Latinoamérica o Iberoamérica si se incluye en este nivel a España y Portugal), porque ofrece una amplia y creciente gama de oportunidades de cooperación académica, científica, tecnológica y empresarial que históricamente se han desaprovechado.
Incluso, sería honesto reconocer que aunque el panorama actual no es tan tétrico como hace unos años, todavía persiste a nivel social e institucional en América Latina, una visión que da preponderancia a lo que viene con la etiqueta de europeo o americano como franca muestra de menosprecio y subestimación a lo que se genera y desarrolla en otros países de la región. En este sentido, la educación superior no constituye ni remotamente una excepción de la regla porque aunque se constata la existencia creciente de redes, programas y otras iniciativas de carácter regional, los resultados tangibles que exhiben los ecosistemas iberoamericanos de educación superior, ciencia, tecnología e innovación, en términos de colaboración interinstitucional; distan mucho de satisfacer las necesidades y potencialidades de una región, que para garantizar un crecimiento económico y social sostenible, necesita consolidar un modelo de desarrollo basado en el conocimiento.
Por tanto, resulta fundamental asumir que muchas IES adolecen de un eficiente sistema de cooperación en el entorno regional, lo que debería constituir una prioridad en la arquitectura de sus sistemas de alianzas a nivel internacional. Veamos algunos elementos sobre la importancia de trabajar en este cuadrante:
Cuadrante 4: Nivel Mundial o Supra-Regional
Es el cuadrante que completa el circuito virtuoso de la internacionalización y comprende toda la actividad internacional que se ejecuta con organizaciones e instituciones de otras regiones del mundo. En el gráfico aparece representado en el sector derecho superior. Se podría decir que es el cuadrante que generalmente se visualiza cuando se habla de internacionalización aunque desde una óptica personal considero poco viable que una institución pueda tener una intervención eficaz a nivel global si no está bien posicionada en los tres cuadrantes anteriores del modelo.
Por demás, una intervención eficaz a este nivel demanda de una gran inversión y compromiso institucional, especialmente de sus recursos humanos que tienen que estar preparados para enfrentar los desafíos de la interacción con una comunidad académica y científica con una cultura de trabajo diferente, al margen de los obstáculos normales que impone el no compartir tradiciones, costumbres y una lengua común, lo que en muchas instituciones constituye un obstáculo difícil de sortear.
No obstante, históricamente este ha sido el camino de la internacionalización universitaria más trillado por las instituciones iberoamericanas, que han encontrado en su interacción con instituciones y organizaciones de los países industrializados una forma de paliar las limitaciones de fondos de financiación destinados a la ciencia y la tecnología y la obsolescencia o ausencia de infraestructura de investigación que tradicionalmente han padecido muchas IES de la región. Por esta razón, un número considerable de las relaciones institucionales construidas en este cuadrante se han basado en la subordinación o la dependencia y aunque estos vínculos han tenido un impacto positivo de forma general no siempre han tributado de forma eficiente a los intereses institucionales de las universidades y al desarrollo de las sociedades latinoamericanas.
En este sentido, soy de la opinión que si se tiene en cuenta el momento que viven algunas economías latinoamericanas, se puede afirmar que existen por primera vez posibilidades reales para una proyección internacional más orgánica y coherente de las universidades de la región a escala global.
Algunos elementos de la actividad en este cuadrante que deben priorizarse son:
Hemos abordado en esta entrada los diferentes ámbitos geográficos en los que se debe trabajar de forma coordinada en las universidades iberoamericanas para conducir de manera eficiente la estrategia de internacionalización en materia de investigación e innovación. Es importante insistir en que esto no puede aplicarse de forma mecánica a ninguna institución, cada universidad deberá construir su sistema de alianzas sobre la base de sus intereses, necesidades y estrategias que serán siempre la directriz para determinar dónde, cuándo, cómo y con quién se debe interactuar. Lo más importante es que la internacionalización cale en la piel de las instituciones, que pase a formar parte de su ADN, de su identidad institucional, que la dimensión internacional esté presente en todos sus procesos de forma consciente y planificada para que la internacionalización deje de ser algo que tenemos que hacer para cumplir criterios y objetivos para convertirse gradualmente en algo que somos y asumimos con total naturalidad. Este es el gran desafío porque implica un cambio de paradigmas y una profunda transformación institucional.
Fuente: “El camino empedrado de la excelencia”.
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