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Debate: ¿educación a distancia o sin distancia? |
(@americalearning) En el marco de los artículos en los que analizamos la encuesta desarrollada por Universia y Trabajando.com sobre educación a distancia, en la edición 21 de America Learning Media, expertos de varios países se expresaron sobre esta cuestión, a través de las siguientes opiniones que compartimos con nuestros lectores.
Al respecto, debemos reconocer que existe una evolución de la educación a distancia en, al menos, seis niveles:
Incluso podríamos agregar un nivel VII, que deviene de la masividad alcanzada por los MOOCs. En síntesis, la educación a distancia ha evolucionado en variadas y diversas formas y ello ha sido así gracias a la incorporación de soluciones tecnológicas. Es indudable que nos estamos acercando hacia un nuevo paradigma educativo, mucho menos estable a lo conocido y tanto más dinámico en la forma de concebir el aprendizaje. Ello nos permite ingresar en un estadio de complejidad en el que es necesario concebir la educación desde un enfoque interdisciplinario. Desde esta perspectiva, la educación a distancia es una expresión que denota condiciones de enseñanza y aprendizaje desarrollados en un ambiente que no es unívoco pero que sí conduce a la ubicuidad. Condición esta última, estimo, sumamente deseable en tiempos de mercados abiertos, transnacionalización de la cultura y globalización de la economía.
Hace casi 20 años que la UOC habla de modelo de formación sin distancias, y es que los entornos de aprendizaje te permiten conectar a la gente para compartir experiencias, para crecer juntos. Eso sí, una vez más, la calidad de la enseñanza viene muy condicionada por la metodología aplicada, por los recursos de aprendizaje que pones al abasto de los alumnos y, por supuesto, por la implicación del profesor. En la actualidad nos encontramos un problema añadido. Los jóvenes están acostumbrados a usar Youtube para ver un tutorial, se conectan a Facebook para buscar consejos de sus amigos, en la Wikipedia resuelven muchas dudas, etc. En definitiva, están acostumbrados a la inmediatez, al Pull vs. Push (no esperan a que venga el conocimiento, van a buscarlo). Por eso, si no queremos aumentar la distancia más que nunca tendremos que adaptarnos a las nuevas “normas”.
Lo que considero que va a ocurrir, y que está ocurriendo ya, al menos en los entornos de educación superior, es que se empiezan a consolidar esquemas híbridos que combinan lo presencial con los entornos en línea. Esto que parece ser una tendencia irreversible en la educación a distancia, está marcando la creación de nuevos modelos, acordes a las diferentes necesidades de las instituciones que los operan, de las poblaciones que atienden y de las disciplinas o campos del saber y del saber hacer que cobijan. Si en sus inicios la educación a distancia nace como una reproducción de la educación áulica, copiando modelos centrados en los contenidos, hoy la educación presencial ha vuelto sus ojos a las ventajas que representan los ambientes a distancia para apropiarlas de manera exitosa y crear, con ello, modelos de atención mixta. De igual forma, la educación a distancia reconoce también la importancia y el valor de los encuentros cara a cara, y en la medida de sus posibilidades, los incorpora. Así, esta evolución, en mayor o menor grado, lo que ha ido marcando es la convicción de que no existe un modelo único para la educación a distancia y que el término mismo es relativo y quizá no se ajuste ya del todo a lo que pretende definir. En pocos años, hemos visto cambios sustantivos y estamos por presenciar otros mucho más grandes en la medida en la que los retos crecen: cursos abiertos, educación masiva y ambientes de aprendizaje personalizados son ejemplos de ello. No sabemos hacia dónde nos lleve esta evolución, pero sí sabemos que somos parte de ella y que, por lo mismo, nos compromete a una innovación permanente.
Ciertos casos de formación virtual han alcanzado un nivel tan alto de comunicación entre docentes y alumnos, que resultaría contradictorio seguir llamándolos “Educación a Distancia”, sin embargo, lo son de acuerdo a lo que convencionalmente se ha definido. Pero, no nos debemos dejar seducir por esto. Hay mucho riesgo en el aumento de la interactividad sincrónica sin un fundamento o propósito académico. El centro del debate es y debe ser la calidad de la formación virtual y a su vez, la calidad se debe definir en función del aprendizaje efectivo que se persigue por cada programa educativo. Así por ejemplo, en algunos casos se requerirá de mayor interacción virtual sincrónica; más videos; más evaluaciones; más foros; más contenidos de apoyo; tutores académicos 7/24/365 y más actividades remediales y en otros, todo lo opuesto y no por ello la primera será de mejor calidad que la segunda, son simplemente diferentes y responden a audiencias diversas. ¿A qué me refiero? Muy simple. A que la tentación es grande al momento de definir calidad. Tal vez se trata de flojera intelectual ya que resulta más sencillo asimilar MÁS recursos y MÁS tecnología = MÁS CALIDAD. El análisis semántico de lo que significa Educación a Distancia, carece de sentido para mí. Lo concreto es que la formación virtual cuenta con un sin número de recursos académicos y tecnológicos que le permiten satisfacer necesidades y cumplir objetivos diferentes y muchas veces complementarios a la educación presencial. Mi llamado es que no nos dejemos seducir por la incorporación excesiva de la tecnología y la interacción en los ambientes virtuales, ya que ello dejará audiencias que no podrán acceder formarse en dicha modalidad, ya sea por su falta de familiaridad con la tecnología así como por los altos costos. La educación virtual democratizó el acceso a la educación y nuestro deber es precisamente que ella no se torne inaccesible. Debeos mantener la diversidad dentro de la oferta académica y de formación virtual, según tipos de audiencia y accesibilidad tecnológica. El paso siguiente será certificar y acreditar los programas de educación virtual, por experto formados en este ambiente y no por expertos que la miran con desconfianza, como ocurre en la actualidad en la mayoría de los países de Latinoamérica y en ciertos sectores de EE.UU.
Lo primero es que la educación mediada por las tecnologías de información estarán cada vez más presentes en la educación (presencial o a distancia). Pero la educación a distancia (o en la que no ha presencia física), tiene unas características muy particulares y no es simplemente copiar lo que hacemos en un salón de clase y llevarlo a la web. Para tener éxito en la educación no presencial han de tenerse en cuenta esas particularidades.
Esto, que puede parecer un anacronismo, puede ser un recurso en regiones con dificultades en el acceso a las infraestructuras y equipamientos y con escasa penetración de las TIC en la población. En estos casos, la Educación a distancia, da respuesta a la necesidad de acercar la educación y la formación a sectores de población en serio riesgo de exclusión. Pero debemos ser conscientes de las graves limitaciones de este tipo de propuestas para generar aprendizajes válidos en el contexto de una sociedad en la que los mecanismos de generación de conocimiento y socialización están cada vez más ligados a la tecnología y a su uso en prácticas que sean significativas en la comunidad en la que se desenvuelve el individuo. En este sentido, uno de los grandes desafíos del e-learning es transcender el concepto de Educación a Distancia o de mero canal que permite el acceso y la distribución de contenido sin limitaciones de tiempo ni de espacio o el ahorro de costes. No hay duda sobre la capacidad del e-learning para hacer esto, pero el reto está en aplicar la tecnología a la educación, no para luchar contra la distancia, ni tratar de competir o imitar la presencialidad, sino para producir soluciones educativas que permitan a los usuarios mejorar su capacidad para acceder, codificar, procesar, compartir o construir conocimiento en entornos mediados por las TIC. No olvidemos que estas son competencias clave en una sociedad como la actual basada en la tecnología y en el conocimiento.
Además el término de educación a distancia tiene una connotación de lejanía, de aislamiento, de estar solo y ahora los principios de la educación virtual promueven otra cosa.
La evolución de la educación a distancia ha venido creciendo mediante el apoyo de las TIC, lo cual a beneficiado en gran medida, ya que nuestra sociedad se ha convertido en una sociedad tecnológica que ve con buenos ojos el uso de herramientas digitales y visualiza a la educación a distancia como una opción mas para crecer profesionalmente, capacitarse y mejorar en su vida laboral. Al ser respaldados por aplicaciones, el término educación a distancia queda como un simple nombre, por que las barreras de tiempo, espacio y distancia, se rompen al aplicarlas en la educación. Po lo que creo que hablar de educación a distancia, nos lleva a poder entrar a un proceso educativo, donde el conocimiento ya no tiene barreras.
La Educación a distancia, en su cotidianidad, es la integración de los protagonistas del aprendizaje y la enseñanza que interaccionan a través de medios, superando el espacio físico. De este proceso resultan diversas modalidades que se potencian con los avances tecnológicos de dispositivos, programas y accesorios. Por ello diversos temas nos invitan a reflexionar, principalmente la educación virtual, donde se aprecia un mayor auge y que su paulatina expansión preocupa actualmente a investigadores y expertos, en los diversos aspectos que la componen, tanto en su metodología, pedagogía, didáctica, desarrollo de contenidos, comunicación, etc. Notemos que por el vertiginoso avance de los medios, estamos aplicando modalidades de educación sin antes tener una suficiente reflexión sobre ella, por lo que se deberá seguir hablando.
Es verdad que junto a lo que conocemos como educación a distancia y que todavía puede reconocerse en el ámbito formal han ido surgiendo todo un espectro de situaciones didácticas basadas en las tecnologías de la comunicación que hoy n puede marcarse la frontera entre la convencional educación a distancia y alguna de las utilizaciones de dichas tecnologías en el salón de clase, o muchas de las experiencias de aprendizaje que se generan en el ámbito informal fruto de interacciones que se producen en entornos virtuales, etc..
La evolución tecnológica en materia educativa ha permitido que la distribución del contenido, apoyo tutoral y colaboración en línea, estén cada vez más cerca del alumno.
Si entendemos como educación a distancia al sistema que nos permite adquirir un aprendizaje o realizar una enseñanza desde un punto al otro sin intervenir la presencia cara a cara, in situ entre profesor y estudiante, estamos dentro de una clasificación estándar. Recuerdo aún los ofrecimientos para estudiar por correo que se publicaban en los medios de comunicación en las décadas de los años 60 o 70, a los que luego se sumaron, con el desarrollo de la tecnología, otros instrumentos que el papel o el folleto. Llegaron de esa manera los cursos en discos de vinilo, en casetes, en cintas VHS y hasta en CD y DVD que permitieron capacitar sin importar la distancia entre uno y otros puntos. Ahora, si tomamos como punto de partida la aceptación de la globalización de la tecnología y asumimos que vivimos en un mundo interconectado donde las "distancias desaparecen", más que como una expresión de deseo como una realidad, entonces sí podríamos hablar con más propiedad de una educación virtual antes que una educación a distancia. No sabría establecer el grado de maduración en que se encuentra la formación virtual, creo que es una cuestión que está sometida a juicios subjetivos, pero sí es sumamente interesante ver que es un sector que se amplia cada día más y que representa una alternativa mucho más que válida para quien necesite de esos servicios. Los enormes avances tecnológicos y la sociedad cada vez más "conectada" hacen posible que las expectativas sean grandes y las perspectivas muy alicientes.
Considerando lo anterior, en mi opinión, tiene mayor importancia su fundamentación y no el titulo; respetando los rasgos sobre los que se construye el concepto de educación a distancia, hablar de formación virtual solo es una variación en el nombre, un avance referente a los usos de las nuevas tecnologías, no tiene un cambio significativo en sus bases. La combinación adecuada de herramientas actuales brinda oportunidades infinitas, creando espacios de comunicación, conversación o construcción de conocimiento, nos permiten compartir experiencias que logren dinamizar el aprendizaje. Probablemente podremos cambiar el nombre, migrar o actualizarlo; sin embargo aquellos elementos que originan el concepto de educación a distancia no se han modificado. (*García Aretio -1999- Fundamentos y Componentes de la Educación a Distancia. RIED Revista Iberoamericana de Educación a Distancia. Vol. 2 no.2 pp 43-61).
Tras estas rápidas y desordenadas reflexiones, creo deducir que tenga el nombre que tenga esta educación, su característica o factor destacado es la interactividad, es lo que permite filtrar la información y generar conocimientos consensuados con personas de otras latitudes y culturas, el bajar (download) y leer o ver (videos) junto a la interacción permitiría potenciar la adquisición de habilidades de pensamiento o cognitivas de orden superior.
Desde mi punto de vista no se debería enfatizar tanto en la presencialidad o en el formato a distancia: se trata simplemente de dos metodologías distintas y con medios diferentes, pero orientadas hacia un mismo fin: el logro del aprendizaje. Ella no obedece a una tendencia o moda, sino a una necesidad: de brindar una respuesta a los entornos en los que se desenvuelven hoy las personas, marcadas por horarios complejos, falta de seguridad y a veces también de medios de transporte. Para paliar estas problemáticas, ofrecen una solución útil y ágil las tecnologías de la información y la comunicación, potenciadas con la conectividad a Internet, no sólo en lo educativo, sino en múltiples dimensiones de la sociedad que va paulatinamente transitando hacia un formato del conocimiento.
¿Qué es lo que viene después? Nuestra imaginación debe volar para trasladarnos a escenarios 3d, interactivos, con aplicaciones mucho más innovadoras, tal vez alguno de nosotros imagine robots, aulas virtuales 100%... ¿o no es así? Creo que aquí lo esencial es no perder de vista que en el ámbito educativo que sea, debemos centrar la educación en el alumno. Proporcionarle herramientas y recursos para que vaya construyendo su aprendizaje. El desafío, en mi punto de vista, es cambiar el enfoque de ENSEÑANZA a APRENDIZAJE, ya que con la educación virtual, tratamos de hacer al alumno proactivo y responsable de su propio proceso educativo. Es tarea de todos los que nos dedicamos a la creación de cursos virtuales, motivar al alumno de diversas formas a aprender, enfocarnos a todos los estilos de aprendizaje y no solo al visual, en pocas palabras: POTENCIAR LA EDUCACION VIRTUAL. ¿Educación a distancia? La educación nos acerca...no agranda distancias.
Recordemos este proceso evolutivo:
Considero que el concepto fundamental que debe prevalecer en un sistema educativo, llámese Educación a Distancia o Formación Virtual, es que el aprendizaje debe desvincularse de la presencia física en una institución educativa y pasar a ser algo que puede ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar. Es decir, reconocer que aprender no es lo que se hace en el aula de un colegio o universidad, sino que es una actitud y que hoy en día es requisito fundamental e indispensable aprender a aprender durante toda la vida. Para ello, hay que aprovechar al máximo las oportunidades que brindan las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación, y lograr que el valor de aprender se aprecie no sólo en el resultado, sino también en el proceso. Definitivamente, el uso adecuado de TIC constituye una manera de conectar el saber, generando mayor cobertura, flexibilidad de tiempo y espacio, interacción con diferentes estudiantes y profesores de todas las regiones del mundo, acceso a libros y contenidos digitales actualizados y, un importante paso del aprendizaje tradicional al aprendizaje significativo. En este contexto, la formación virtual ha transformado sustancialmente las formas en que se aprende, enseña, comunica, trabaja, y por ende... en cómo se vive.
Incluso ya en América Latina encontramos modelos que incorporan las redes sociales y de colaboración como medios efectivos en la enseñanza, la gestión del conocimiento se ha vuelto un elemento esencial que bien aprovechado puede dar buenos resultados en la educación a distancia mediada por tecnologías.
Si bien el aprendizaje en red o la formación e-learning asumen todas las ventajas del aprendizaje a distancia como son la eliminación de determinadas barreras, que dificultarían el aprendizaje: geográficas, problemas de tiempo y problemas de demanda (Tiffin, 1997; García, 2001); según la FUNDESCO sería un complemento definiéndola como un sistema de impartición de formación a distancia apoyado en las TIC que combina distintos elementos pedagógicos: instrucción clásica (presencial o autoestudio), las prácticas, los contactos en tiempo real (presenciales, videoconferencias o chats) y los contactos diferidos (tutores, foros de debate, correo electrónico)” (Marcelo, 2002) pero es precisamente, ese apoyo de las TIC lo que la hacen conceptualmente distinta. El uso de las TIC entendido como conjunto de recursos, procedimientos y técnicas usadas en el procesamiento, almacenamiento y transmisión de la información nos permite el acceso global a la sociedad del conocimiento transformando así a la educación a distancia en aprendizaje en red. En este sentido, el e-learning ya no es una mera forma de enseñar… sino que se convierte en un facilitador de procesos de aprendizaje posibilitando la utilización de recursos multimedia, que hace el aprendizaje más motivador y eficaz, la actualización de los contenidos, estando permanentemente actualizados, la interactividad, permitiendo un aprendizaje colaborativo, la accesibilidad desde cualquier lugar y en cualquier momento, lo que hace el poder aprender en los momentos en que se necesite (aprendizaje just-in-time) y la existencia de un feed-back de información inmediato, de manera que el docente puede adaptar los procesos de enseñanza-aprendizaje a sus estilos de aprendizaje ayudándolo a alcanzar los objetivos fijados inicialmente de forma más eficaz. Definitivamente, formación a distancia y aprendizaje on line son conceptos distintos.
Como analogía, con la educación sucede lo mismo que con el correo. Antes el único correo era postal. Cuando aparece el correo electrónico (e-mail) tuvo que tomar ese adjetivo “electrónico” para diferenciarse del tradicional. Hoy cuando alguien nos dice: “te lo mando por correo” presumimos que es por mail, entonces necesitamos usar el adjetivo “postal” para diferenciarlo. El standard social es la modalidad nueva y no la vieja. La realidad es que ambos correos van a seguir existiendo, tomando cada uno cosas del otro que resulten beneficiosas (por ejemplo el tracking virtual del correo postal o el e-print de un correo electrónico a la impresora del destinatario). Quizás en un futuro cercano ambos correos se integren de alguna manera, para casos especiales, aprovechando la tecnología de las comunicaciones pero respetando la validez de los documentos físicos. Creo que la palabra educación va a seguir sumando adjetivos como “virtual” “semipresencial” “distribuida” “bimodal” que van a intentar definir con un mayor grado de exactitud sus categorías, pero que en definitiva van a ser mezclas con diferentes proporciones de los mismos componentes.
Para la educación a través de internet, el término “a distancia” queda obsoleto, pues es a través de la red de redes, en la cual las “distancias” quedan acortadas. Hoy por hoy la formación a través de plataformas educativas, móviles, los cursos MOOCS, entre otros muchos más, están cobrando vigencia por que rompen la barrera de las fronteras y sin fronteras no hay distancias (lo que no significa que no haya “obstáculos”). La formación virtual es ahora un aprendizaje cooperativo y global, un auto-aprendizaje, donde muchos son los que apuestan por recursos open source de calidad, que permite una educación abierta y al alcance de todos.
- La primera generación se caracteriza por el uso de una sola tecnología y la falta de interactividad entre instructor y participante. Podemos acotar que los primeros ejemplos que nos vienen a la mente son los famosos estudios por correspondencia; a la generación de mis padres y abuelos les tocó seguramente conocer los cursos por correo de Mr. Charles Atlas para ponerse en excelente forma física. - La segunda generación comprende el compendio de material didáctico diverso pero con la posibilidad de sostener una comunicación bidireccional con un tutor, quién no era necesariamente el autor del curso. - Finalmente la tercera generación es la que hoy vivimos y consiste en que los medios de comunicación son bidireccionales y permiten interacción directa entre maestro y alumno e incluso entre los mismos integrantes de un grupo y su respectivo maestro. La educación abierta es pues la generadora de lo que conocemos hoy como educación a distancia ya que los gobiernos a través de sus políticas institucionales, tuvieron que acudir con Instituciones de Educación Superior para ofertar alternativas de estudio y así cubrir las necesidades de las personas que no podían asistir a un aula. Para concluir, desde mi punto de vista, la educación a distancia seguirá existiendo como un término al cual nos referiremos cuando los procesos de capacitación o de educación se lleven a cabo fuera del aula, en donde el profesor use los medios de comunicación necesarios para comunicarse e interactuar con sus alumnos. Cierro con una pregunta. Si la educación a distancia debiera cambiar de término; ¿Cuál sería el más apropiado para referirnos a ella? |