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Cómo revertir los prejuicios de los estudiantes sobre la educación virtual |
(@americalearning #elearning #learning) De acuerdo a los resultados obtenidos en la medición, el 41% de los encuestados dijeron no haber estudiado una carrera a distancia por considerar (38%) que en el mercado existe una mala percepción de la modalidad a distancia (de los restantes, el 29% dijo que no lo hacen porque no existe un contacto personal con el docente). En esta línea, la mayoría (60%) de los participantes de la Encuesta considera que al momento de buscar trabajo, el empleador no valora por igual una carrera presencial que una a distancia. Para el 37% el vínculo personal alumno-profesor es vital.
A fin de analizar estos resultados de la encuesta desarrollada por Universia y Trabajando.com, convocamos a 14 especialistas de toda Iberoamérica, para preguntarles su posición al respecto y qué consideraciones podrían sugerir para revertir estos prejuicios en la percepción de los estudiantes hacia la modalidad. Asimismo, si creen efectivamente que las empresas no valoran las carreras a distancia.
Más allá de las discusiones sobre si realmente podemos seguir hablando de educación a distancia, frente a la creciente evolución tecnológica y el potente alcance que ofrece la modalidad virtual (un tema que será analizado en la próxima edición de America Learning Media), veamos la opinión y el análisis de los expertos sobre los resultados de la medición:
No menos importante es la capacidad de localizar información actualizada, utilizando criterios de búsqueda en internet, el razonamiento crítico y el desarrollo de hábitos de investigación científica, que constantemente procuramos de hacerle poner en práctica en las situaciones de enseñanza-aprendizaje diseñadas para él. Está finalmente en el egresado mostrar sus destrezas a la hora de acceder a una entrevista laboral y esto se da también en aquellos que egresaron de una carrera presencial. Si lo analizamos desde la perspectiva pedagógica lo que vale son las capacidades desarrolladas, lo cual se certificó con la aprobación de cada examen del plan de estudios.
Sin embargo eso va a cambiar y lo hará muy rápidamente y quizás la fuerza más grande de esa transformación sean los MOOCs (cursos abiertos masivos y en línea) que desde las universidades de mayor prestigio, ya se están dictando. En muchos casos son cursos de extraordinaria calidad, impartidos por los más reputados docentes de esas instituciones.
Es precisamente a partir de la innovación que significó la inclusión de las tecnologías e Internet en la educación que comenzó a generalizarse su uso y presencia tanto en universidades como en medios corporativos. De hecho, hoy podemos afirmar que toda la educación posee algún componente que proviene de la concepción de la educación a distancia y de sus actualizaciones bajo la modalidad virtual. Es posible que todavía existan empleadores reticentes a aceptar egresados de carreras cursadas a distancia, pero ello no va a perdurar por mucho tiempo más. Actualmente, en la mayoría de las instituciones de educación superior existe al menos un componente a distancia, ya sea en una materia o en varias, o en una proporción de al menos un 20% de una carrera presencial. Y ello es así pues se considera muy importante acompañar los avances tecnológicos a través de innovaciones curriculares. Pero además, ya están produciéndose importantes investigaciones que arrojan luz acerca del modo como aprenden los estudiantes en la modalidad a distancia y las ventajas que provee en términos de acceso a la información y a los procedimientos de construcción del conocimiento. Por ejemplo, en un interesante trabajo elaborado por João Vianney y Patricia Lupión Torres, se indica que, respecto de la lectura, un alumno de graduación a distancia que hace seis asignaturas en cada semestre, tiene como lectura obligatoria en el período cerca de 1.500 páginas mientras que en el sistema presencial un estudiante tiene una carga de lectura obligatoria de aproximadamente 400 o 500 páginas. Por otra parte, en una investigación desarrollada en el marco de la Association for Learning Techonology de Estados Unidos, se menciona que existen beneficios tangibles y manifiestos en alumnos que aprenden bajo la modalidad de E Learning. En efecto, entre los positivos efectos que se destacan figuran: el modo de aprender ya que es más cooperativo y promueve procesos de recognición permanentes; la resolución de los exámenes ya que se evidencia mayor eficiencia y mejores resultados que en la presencialidad; el desarrollo personal del alumno a distancia pues en este sistema se desarrolla confianza en sí mismo y responsabilidad, lo que luego redunda en habilidades de empleabilidad. Existe abundante evidencia empírica que podríamos citar y que es a veces poco mencionada. Personalmente, considero que paulatinamente todas las formas que conocemos hasta el presente van a cambiar e irán incorporando cada vez más el modelo de la educación a distancia virtual. Estamos en tiempos en los cuales el cambio y la innovación suceden cada vez más frecuentemente y en forma acelerada. Es muy probable que las tendencias de reputación negativa que pesan hoy sobre la modalidad a distancia muden a corto plazo o bien dejen de considerarse ya que, en definitiva, cada día se valora más a la persona formada y a su capacidad para continuar formándose a lo largo de toda la vida. Cada día importan más los valores y la formación que se es capaz de evidenciar y no tanto las credenciales o la procedencia de dichas credenciales académicas.
Debemos tener en cuenta que esta percepción está generada a partir años de malas experiencias, con enfoques anclados en discursos simplistas, confiados en que el conocimiento es un bien de consumo que se puede recopilar, empaquetar y distribuir; confiados en que la exposición del estudiante al contenido (a menudo descontextualizado), será suficiente para producir el aprendizaje; y confiados en que la evaluación final a través de test de autoevaluación, exámenes tradicionales u otras pruebas estandarizadas (incluso presenciales), será suficiente para valorar si el estudiante ha asimilado o no el contenido. Estamos hablando de un discurso propio de sociedades industriales con una visión estática del conocimiento y mecanismos de transmisión unidireccional. Pero la sociedad ha cambiado, la vigencia del conocimiento es cada vez menor y los mecanismos relevantes ya no tienen que ver tanto con su transmisión, como con el modo en que se construye y se aplica a entornos extraordinariamente cambiantes y complejos. Ocurre, por tanto, que en una economía global y entornos de trabajo y socialización cada vez más interconectados y multiculturales, los factores personales (como actitudes, valores o las habilidades de colaboración y socialización) marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso personal y profesional. Por tanto, hoy más que nunca debemos promover experiencias de aprendizaje que involucren a la persona en todas sus dimensiones para facilitar el desarrollo de competencias, y esto no es posible en aproximaciones basadas en la parte conceptual del aprendizaje. El punto de partida debe ser el usuario y su capacidad para generar conocimiento (no solo para consumir información) utilizando la tecnología y, por tanto, hemos de involucrarle en situaciones que le permitan contextualizar los aprendizajes, conectándolos con su experiencia y su entorno y que, en definitiva, permitan aplicar lo aprendido a la realidad concreta de cada estudiante tanto en su vida personal como profesional. Por supuesto, estas situaciones de aprendizaje deben desarrollarse con una constante interacción y comunicación entre los participantes entre sí y con el docente. En la medida en que consigamos esto, habremos neutralizado la descontextualización, la falta de aplicabilidad de los aprendizajes, y el aislamiento del estudiante, como factores que restan credibilidad al e-learning entre los estudiantes y las empresas.
1. El primero, no es cierto que falte el contacto con el docente, sino que está mediatizado (en nuestro caso a través de teléfono, mail, chat y foros) y requiere que el alumno tome un rol activo en el proceso, que es uno a uno. De hecho en nuestra experiencia en la modalidad distancia los alumnos se sorprenden de lo mucho que el profesor los conoce y lo rápidamente que se generan los vínculos. Por contrapartida no conozco muchos profesores de la modalidad presencial a los que el alumno pueda contactar por teléfono. Asimismo, tener al profesor delante 4 horas por día no garantiza que haya contacto académico. En mi experiencia docente en esa modalidad, recuerdo perfectamente a los alumnos con una participación intensa (que serían los mismo que tomarían un rol activo en la modalidad distancia) y se han borrado de mi mente una gran cantidad que permanecían pasivos durante todo el cursado de la materia, y que solían tener problemas para aprender y aprobar. 2.El segundo también es un prejuicio por falta de información tanto de los estudiantes como de las empresas. Si tuviera que cubrir un determinado perfil y tuviera dos candidatos, con similares formaciones, uno en modalidad presencial y otro en distancia, elegiría sin duda a este último. Estoy seguro que tendrá mayor voluntad y determinación, un mejor manejo de herramientas informáticas y una valoración del tiempo mucho más real.
Luchar con nuestros medios contra esas críticas se antoja una lucha de titanes, lo más razonable es que sea el conjunto del sector el que aporte mecanismos para eliminar este estigma. Somos conscientes que hay disparidad de criterios al aplicar una metodología de formación, aún hay cursos que facilitan un simple PDF y con suerte un correo electrónico para contactar con el tutor. Las normas de calidad pueden ayudar a ello, si bien el tiempo acaba discriminando aquellas instituciones que proponen un modelo basado en la colaboración entre alumnos y profesores. Nuestros alumnos suelen ser estudiantes de segunda carrera; estamos cansados de oírles que en e-learning han interactuado mucho más con sus profesores que en las universidad presencial. En cuanto a la contratación, el porcentaje de egresados en e-learning es muy inferior al de los demás. En la medida que vaya creciendo ese número y las experiencias con titulados universitarios en e-learning sean positivas, poco a poco iremos cambiando esta percepción. No nos engañemos, una titulación tradicional tampoco es garantía de eficiencia en el puesto de trabajo. Por otro lado, una de las cosas que se empiezan a valorar desde RRHH es el esfuerzo que hace la persona por trabajar y estudiar al mismo tiempo. Eso sí es fundamental que la titulación obtenida sea de una entidad reconocida y de prestigio.
Para revertir esta tendencia, habría que pensar la educación a distancia en términos de calidad educativa, es decir, habría que establecerse parámetros nacionales que exijan mínimos de calidad para este tipo de modelos de enseñanza que eviten la proliferación de oferta de dudosa calidad y así se deje la percepción que quizás muchos tienen en torno a que este tipo de modelo de enseñanza es una versión ¨económica¨ de tener un título. Así mismo, habría que revisar modelos exitosos para una mayor apropiación de las TIC (tanto desde el punto de vista de recursos como dispositivos multisoportes) para favorecer el contacto y encuentro entre pares (estudiante-estudiante), entre miembros de la comunidad académica (estudiante-docente-investigador) y comunidades profesionales por ejemplo; y además pensar el tipo de necesidades formativas que lograría responder este tipo de modalidad de enseñanza (formación básica profesional, de actualización profesional o especialización). En la medida que se lograse lo expuesto antes, creo que se lograría reducir la percepción no favorable que puede existir en torno a este tipo de formación al momento de conseguir trabajo, ya que el tema no pasa en si obtuviste tu título asistiendo diariamente o no a un espacio, sino que adquiriste competencias para el desempeño de determinado trabajo, algo que aún existe muchas barreras al momento de relacionar esto con el tipo de oferta e instituciones que suelen ofrecer este tipo de programas.
Por otra parte la formación interna en las organizaciones se hace cada vez más en modalidad eLearning. Si hubiera que hacer alguna discriminación sobre la modalidad virtual, seria en positivo, un alumno de una titulación virtual, tiene más capacidad de organización, de esfuerzo, más competencias digitales y una red mucho más amplia de contactos. Sin duda será un trabajador más abierto a la complejidad de la economía global que un alumno encerrado en las paredes de su universidad, la mayoría de las veces con compañeros y profesores de su misma provincia.
El punto empresarial tiene la misma percepción aun no confían en el procedo educativo virtual y a distancia puesto que al ser en línea y no tener un guía físico, se generan tabúes como el de que quien los enseña, como los enseñan, nadie los vigila, como aprenden si es aun ritmo individual, etc. Pero no ven el punto en el que se fomenta una autocritica, se fomenta un forma de estudio de investigación, de búsqueda de recursos, el trabajo colaborativo, lo cual beneficia al momento de ingresar al campo laboral. Estas situaciones hacen las empresas discriminen un poco a los estudios virtuales y a distancia, situación que ha ido cambiando ya que se va conociendo mas el trabajo online tanto en el proceso de educación media superior y superior, pero también en el ámbito de la educación continua, lo que hace ver desde otra perspectiva a los empresarios este tipo de capacitación. Debemos seguir promoviendo y mostrando los beneficios de esta forma de estudiar y estoy seguro que en no mucho tiempo estaremos en paridad con la educación presencial.
Considero que debemos apostar por los jóvenes que ya preparados tecnológicamente para manejar estos medios, encuentren instituciones de formación de calidad que les sepan dar el conocimiento, proyección y una futura oportunidad laboral. También la aparición de cursos gratuitos como los MOOC están dando posibilidades de certificación en prestigiosas universidades, este gran impulso contribuirá paulatinamente a presionar sobre el reconocimiento empresarial y mayores oportunidades laborales. Las características de flexibilización horaria y reducción de costos en la capacitación (especialmente la masiva sea nacional o regional), acompañadas de una adecuada inducción y metodología hacen que se incline la balanza por la decisión de adoptarla. El sector empresarial no está convencido aun de las carreras a distancia debido al poco prestigio de las universidades en esta modalidad, así como la poca experiencia y conocimiento que se tiene sobre ello, el empresario valora y difunde lo que experimenta y desarrolla e invierte en lo que cree, por ello hay iniciativas en crear escuelas y universidades corporativas a fin de satisfacer sus propias demandas y controlar sus propios procesos de formación para conseguir los resultados.
Se trata de impregnar a la educación a distancia de la calidad necesaria y contrastada. Ha habido muchos casos de iniciativas de educación a distancia que lo que han buscado ha sido el beneficio fácil sin preocuparse de la calidad y eso no ha ayudado. Las mismas instituciones de formación tampoco se han esforzado por buscar esa calidad. Pienso que se necesita un equilibrio inteligente ente el acceso de las personas a la formación, el costo y la calidad. Entiendo que las empresas lo que requieren es personal competente y éste puede formarse en las distintas modalidades.
Si al principio se ha entendido a este tipo de capacitación como una moda traída desde el exterior, esa percepción fue cambiando día a día pasando a ser una herramienta que dio soluciones prácticas a problemas concretos: personas con problemas motrices o capacidades especiales, amas de casa con dificultades para dejar sus hogares, gente con problemas de participación regular dentro de un sistema de horarios estipulado, imposibilidad de acceso a formaciones específicas en instituciones que no estaban dentro de un radio cercano a los hogares, horarios de trabajo o desempeño que imposibilitan regularidad en la escolaridad y la posibilidad de recuperación de cursos y materias atrasados con el objetivo de formalizar el grado son algunas de las motivaciones que hicieron posible que, en mi país, el sistema de educación a distancia o formación virtual fuera ganando espacios. Debe, también, sumarse a lo citado, la posibilidad de realizar estudios de posgrado, doctorado o especializaciones en casas de estudio, tanto del exterior como nacionales que brindan este servicio. En el Paraguay, las instituciones universitarias privadas fueron las que primero se involucraron tanto en la educación a distancia como en la formación virtual. En la actualidad, puedo afirmar que las universidades públicas también están inmersas y comprometidas fuertemente con este aspecto que tiene muchas vertientes, entre ellas la capacitación y la actualización, cuando no la alfabetización digital, de los docentes. Es un desafío apasionantes para aquellos que estamos involucrados fuertemente en este espacio de educación. Personalmente trabajo en los tres aspectos que son tangentes a este tema de discusión porque soy docente que lleva a cabo sus cátedras con el apoyo de lo tecnológico como un recurso pedagógico; por otro lado soy tutor virtual de e-learning y también estoy a cargo de la introducción de lo virtual en una unidad académica universitaria, la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte de la Universidad Nacional de Asunción, donde llevamos a cabo programas tendientes a que tanto docentes como estudiantes desarrollen actividades académicas en el ambiente virtual de la institución. Es en este punto donde la pregunta anterior y ésta se encuentran sugestiva y atractivamente. Muchos de los prejuicios de los estudiantes, deviene más bien de la falta de información y de visión para el aprovechamiento de este recurso. En mi país son pocas las instituciones académicas que ofrecen carreras completas llevadas totalmente a distancias, se pueden contar apenas dos; una en el ámbito privado y otra en el público; la primera con 9 carreras, la segunda con 2. Claro que el componente virtual sí está sumamente involucrado en las demás instituciones, puesto que la metodología de lo semipresencial y de la virtualidad viene incorporado desde los sistemas de educación primarios donde hay muchos programas que incorporan ese recurso. En cuanto a la percepción negativa tanto de los estudiantes como de los empresarios, una forma de ir corrigiéndola es con información. En este mundo globalizado existen muy pocas cuestiones que no se puedan evidenciar con mayor exposición del fenómeno.
Fecha de publicación 3 de julio 2013 |