Actualidad Edición 60
Análisis |
6 recomendaciones para desarrollar procesos de capacitación en tiempos de pandemia |
(Por Daniel Wilner, Director General de élogos Surlatam) Vivimos tiempos de profunda transformación en los cuales las empresas deben adaptar sus puestos de trabajo a las dinámicas impuestas por una nueva realidad, signada por la Cuarta Revolución Industrial y acelerada por la pandemia.
Estos condicionantes modifican los modelos y procesos de negocio. Lo cual implica la necesidad de reinventarnos rápidamente y formar en estos nuevos escenarios a nuestros colaboradores.
Son tiempos complejos en los que las estrategias de capacitación deben extremarse para poder brindar soluciones de desempeño eficaces, que impacten adecuadamente en los indicadores que se definan como objetivo.
Veamos algunos desafíos que se están presentando a nivel corporativo y que tienen injerencia directa en la estructuración y planificación de procesos de formación:
Para llegar a buen puerto hay que tener en cuenta algunas cuestiones centrales:
1) Una capacitación debe mover indicadores de negocio (previamente definidos) para ser efectiva y poder ser evaluada en relación a su impacto en el resultado. Desde esta premisa, medir el esfuerzo formativo y darle seguimiento resulta fundamental.
2) El aporte de un entrenamiento estará dado en asegurar que los equipos cumplan con las definiciones de la dirección de cada área de la empresa a la cual están afectados. En los casos señalados asociamos el aporte a:
3) Si cada integrante de los equipos impactados por un proceso formativo adquiere ese conocimiento y luego se lo mide positivamente en función de la aplicación de lo entrenado en el puesto de trabajo, la tarea del capacitador estará completa.
4) Lo importante será determinar cómo se llega a cada persona y de qué manera aplica las competencias adquiridas:
5) Un proceso de formación efectivo utilizará los canales apropiados, basándose en un ecosistema de capacitación que incorpore tecnología a través de la implementación de soluciones de desempeño: se busca que los aprendizajes se transfieran a la práctica en desempeños exitosos y no sólo que los colaboradores aprendan.
6) La clave está en lograr modificar un hábito en un colaborador: un desempeño laboral en particular como la aplicación de un protocolo, el uso de un sistema nuevo, desarrollar la escucha activa con un cliente, etc. Todo esto, a través de una capacitación específica que permita medir su efecto. No alcanza con la adquisición del conocimiento y el desarrollo de habilidades específicas: debemos asegurar la aplicación en el puesto de trabajo de lo aprendido y entrenado. Es decir, apuntar a desarrollar una conducta habitual de desempeño en los colaboradores.
Junio 2020
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