Opinión
Simulaciones para mejorar el desempeño, a través de programas de e-learning y blended learning

Implementar simulaciones en los procesos de capacitación permite que los colaboradores de una empresa vivencien profundamente el aprendizaje, involucrándose en situaciones complejas, tomando decisiones, equivocándose, e intentando resolver diversas problemáticas; prácticamente como si lo estuvieran haciendo en un ambiente real de trabajo, pero sin consecuencias reales.

Por Pablo Raganato, director Comercial de e-ABC Learning

 

Las simulaciones virtuales son un recurso útil para enriquecer una instancia de formación online o un programa de blended learning. Su creciente implementación en empresas, instituciones educativas e inclusive organismos públicos, así lo demuestra.

 

Más allá de los contenidos de cada curso, la proximidad y experiencia que pueden tener los miembros de una empresa, en relación a cuestiones que hagan al desempeño de sus responsabilidades, mejora la interpretación y resolución de situaciones reales.

 

En un entorno que represente circunstancias que se deban resolver en el marco de una actividad laboral habitual, el error o la equivocación resulta un factor de aprendizaje esencial y sin consecuencias efectivas en la operación de una empresa.

 

Las simulaciones aplicadas al aprendizaje también permiten identificar cuáles son los colaboradores que están mejor preparados y quienes deben recibir mayor instrucción para elevar sus niveles de desempeño.

 

Las tecnologías disponibles para desarrollar simulaciones (incluyendo a la realidad aumentada y la realidad virtual) ofrecen mayor interactividad y pueden potenciar los procesos de aprendizaje, siempre que se apoyen en un muy buen análisis y diseño pedagógico.

 

Sin embargo, debemos partir de la premisa de que no siempre se pueden utilizar todos los recursos disponibles para mejorar los resultados de una formación. Lo más importante es la visión y el planteo pedagógico.

 

En el caso en que el proyecto formativo lo amerite, las simulaciones también pueden estructurarse incorporando gamificación, a través de la creación de un diseño de juego con actividades que persigan retos y permitan, al finalizar las mismas, que el participante adquiera las competencias necesarias.

 

El ambiente lúdico incorporado a instancias de simulación, suele ser un factor de engagement importante, que ayuda a mejorar las capacidades de cada colaborador.