Opinión
Impacto de la automatización en la gestión del talento

(Por Daniel Wilner, Director General de élogos SurLatam) El reporte ‘Harnessing automation for a future that works’ del McKinsey Global Institute, plantea que el pleno potencial de la automatización requiere que la gente y la tecnología trabajen mano a mano. También advierte que la robótica, la inteligencia artificial y el machine learning cambiarán las actividades laborales de todos.

 

En este sentido, el informe estima que la automatización de estas actividades puede permitir a las empresas mejorar el rendimiento, reduciendo los errores y mejorando la calidad y la velocidad y, en algunos casos, logrando resultados que van más allá de las capacidades humanas y contribuyendo a la productividad.

 

En un contexto de creciente automatización, cómo se gestione el desarrollo del talento, determinará el futuro de muchas empresas. Por ello, es fundamental que la adecuación del talento corporativo se plantee cuanto antes.

 

La clave está en adaptarnos a las circunstancias dinámicas que hoy plantea el mercado:

  • teniendo en cuenta el crecimiento que está experimentando la inteligencia artificial y los cambios que produce en la economía mundial y en las empresas en particular, como así también el surgimiento y consolidación de nuevos modelos de servicio;
  • adecuando estrategias de comercialización que generen las condiciones necesarias para obtener objetivos de desarrollo y sustentabilidad.

 

En esta adaptación, será crucial optimizar la inversión en capacitación y enfocar el desarrollo del talento a los nuevos desafíos.

 

Aquí se impone la necesidad de desarrollar estrategias de formación corporativas efectivas, con impacto directo en los resultados de negocio, que resuelvan, como identificaba el informe ‘Gestión de Talento, un factor clave para acelerar el desempeño empresarial. Tendencias globales, desafíos y prioridades’, desarrollado por Manpower:

  • la falta de habilidades para desempeñarse en puestos clave,
  • la escasez de talento en diversos niveles,
  • el compromiso del empleado,
  • la creación de liderazgo, y
  • la retención del talento.

 

A lo cual sumaria la capacidad que deben tener los procesos formativos para asimilar la automatización, reconvirtiendo profesionalmente a aquellos colaboradores que puedan aportar valor a la compañía.