Opinión
El cambio y la capacitación: motores vitales para las empresas del sector logístico

Todos los días aparecen nuevos paradigmas, principalmente en el ámbito de la comunicación y las tecnologías, los que nos plantean grandes desafíos. Sin duda, uno de los principales cuestiones a resolver es la falta de infraestructura actual que experimentan algunas naciones latinoamericanas, que afecta e impacta directamente en el desarrollo de las compañías y países. Otros de los desafíos a gestionar son los avances tecnológicos que impactan de lleno en los procesos de valor de las empresas.

Por Ignacio Sánchez Chiappe, director del IEEC, la Escuela de SupplyChain y Logística

 

Precisamente, una de las tecnologías que está replanteando fuertemente las dinámicas de producción es la Inteligencia Artificial (IA), cuyo crecimiento ya dejó los sets de cine de ciencia ficción, para impactar fuertemente  en nuestra realidad cotidiana, y principalmente en algunas industrias.

 

Veamos parte del impacto que la IA está produciendo en el ecosistema laboral actual.

 

El proyecto Atlas de Boston Dynamics, focalizado en un robot bípedohumanoide de 1,75 m de altura, que camina y se mueve como un ser humano; y que incluso puede inclinarse para levantar cajas, caminar con ellas en brazos y colocarlas sobre una estantería y seguir los movimientos de la caja, cuando es cambiada de sitio. Este robot también puede abrir puertas y levantarse por sí mismo, si cae al suelo.

 

Atlas es un robot que termina su tarea pese a todo, que no tiene necesidades, no posee sentimientos, no se cansa y no es representado por sindicatos; lo cual plantea un enorme cambio en el paradigma laboral para las fuerzas de trabajo de los próximos años. Sin duda, los trabajos del futuro no necesitarán de personas para levantar cajas.

 

Este es un ejemplo y una metáfora de los cambios que están sucediendo o pronto ocurrirán, y que apuran la necesidad de capacitarse en forma permanente para desempeñar las nuevas tareas que demandará un futuro fuertemente impactado por la tecnología y en el que surgirán áreas de desempeño y trabajos que hoy no existen ni imaginamos. En especial, dentro del sector logístico.

 

La logística tiene un impacto profundo en la vida de las personas y las empresas. La logística forma parte vital de cualquier compañía y es un factor central en el desarrollo y evolución de las sociedades. Dejarla de lado, no preocuparse por mejorarla y no preparar personas para gestionarla adecuadamente, es suicida para cualquier organización. Más aún, en relación a la demanda que provoca la Supply Chain, que hoy ocupa un lugar de máximo protagonismo en todas las industrias.

 

Reitero, no preocuparse por la Logística y la SupplyChain, sin duda es un acto suicida para una compañía.

 

Pero el cambio que proponen los desafíos que tenemos por delante, no debe preocuparnos, sino ocuparnos. El cambio es lo más permanente de lo permanente, es un motor o impulso que no se puede detener. El miedo o la resistencia al cambio de quienes piensan que todo tiene que ser como antes, como en siglo XX, solo llevará al fracaso. Hace ya 17 años que estamos en el siglo XXI y los cambios se aceleran. La clave es aceptarlos y gestionarlos adecuadamente, en el ejercicio de la profesión como en los procesos de una compañía.

 

Tenemos que ver a las amenazas, o a lo que percibimos como amenaza, como una oportunidad. Si podemos hacerlo, será el primer paso para evolucionar a la par de los cambios y retos que nos plantea nuestro tiempo.

 

Por ello es importante no bajar los brazos, y seguir estudiando, reciclarse profesionalmente en forma constantemente, desarrollar una curiosidad sin límites y preocuparnos por los que vienen detrás, para que tengan mejor educación que nosotros.

 

La única manera de lograr crecimiento social, estabilidad y paz, es acceder a un mejor nivel de vida, que estimule a desarrollar el talento y las propias habilidades. Y esto se logra a través de la educación, que pasó a ser el verdadero patrimonio de la persona y de la empresa. En efecto, hoy los fierros y las estructuras físicas pasaron a ser las partes menos importantes de lo productivo. El foco cambió y se rescata el valor de la persona como individuo y de sus habilidades como diferenciador.

 

A las fortalezas de una organización hay que gestionarlas armando cadenas de valor. Este es el desafío que tenemos por delante en un área eminentemente innovadora como es Supply Chain.

 

Cuando somos exigentes, todos nos hacemos un favor, y al cambio lo hacemos cuando tomamos decisiones.

 

 

 

Marzo 2017