Casos de estudio
e-Learning para maestros rurales

Abordamos la mayor iniciativa de responsabilidad social aplicada a la formación virtual y con impacto nacional, desarrollada en Argentina. Más de 1.800 docentes y 28.000 alumnos beneficiados, de 438 escuelas en 7 provincias, marcan la magnitud del proyecto.

 

En el marco del Programa de Ayuda a Escuelas Rurales, la Fundación Bunge y Born ejecuta desde hace cuatro años el proyecto de educación a distancia e-Learning para Maestros Rurales, atendiendo en la actualidad a 438 escuelas en 7 provincias. Con una inversión de más 800.000 pesos en 2011, sus responsables prefieren no hablar de datos financieros sino de resultados. “Esta es una apuesta para mejorar la enseñanza de los docentes rurales”, subrayan desde la fundación.

 

Hasta el momento se han dictado 55 cursos gratuitos que beneficiaron a 1.813 docentes e impactaron indirectamente en 28.279 alumnos. Durante el segundo semestre de 2011 se están dictando 11 cursos. En total, este año se desarrollaron 21 cursos a distancia.

 

Antecedentes

 

“Ayudar al que se ayuda”, es uno de los lemas que tiene la Fundación Bunge y Born desde su creación en 1963. Bajo esta consigna la organización lleva adelante programas y proyectos en las áreas de investigación, educación, salud y cultura, manifestando una especial inclinación hacia la educación rural, a la que apoyan con el fin de aportar a la mejora de la calidad y equidad de la oferta educativa argentina.

 

Una de las iniciativas que debe destacarse dentro del relanzado Proyecto Sembrador de ayuda a escuelas rurales llevado adelante desde 1975 por la Fundación Bunge y Born, y que desde 1999 cuenta con el apoyo estratégico de la Fundación Pérez Companc, son los cursos a distancia, que con un novedoso concepto de e-learning ya lograron beneficiar, a 1.813 docentes, directores y supervisores de escuelas rurales.

 

El camino hacia la capacitación a distancia de docentes rurales comenzó para la Fundación Bunge y Born en el año 2007. Durante ese año, se puso en marcha una prueba piloto de un curso de matemática que arrojó muy buenos resultados. Al año siguiente se ampliaron las ediciones del curso de matemática (3 ediciones) y se lanzó un curso de nutrición infantil (1 edición), a través de una plataforma tercerizada.

 

Para el diseño del proyecto virtual se contrató  a la empresa argentina especializada en e-learning y gestión del conocimiento, e-ABC. Un proceso que incluyó la provisión de servicios de consultoría, la implementación de una plataforma de formación online, la producción de contenidos y el trabajo con los tutores para lograr la interacción en el marco de esta comunidad educativa.

 

A partir de 2009, convencida de la necesidad de introducir las tecnologías de la información y comunicación como herramienta para el aprendizaje, y entendiendo las potencialidades para proyectos futuros, la fundación decidió crear un Aula Virtual para poder administrar y apropiarse de este nuevo dispositivo de capacitación, teniendo en cuenta también la enorme aceptación que tuvo para con los beneficiarios.

 

“Con el proyecto e-Learning para Maestros Rurales buscamos desarrollar una nueva línea de acción para colaborar en la mejora de la calidad de la oferta educativa de las escuelas rurales y brindar a sus maestros la posibilidad de adquirir herramientas que les permitan enriquecer el proceso de enseñanza aprendizaje de sus alumnos. La idea fue complementar el envío de elementos escolares que año tras año realizamos a través del Programa Sembrador de Ayuda a Escuelas Rurales con cursos a distancia gratuitos para docentes rurales”, señaló la Gerente de Proyectos de Educación de la Fundación Bunge y Born, Constanza Ortiz.

 

“El desafío fue lograr la interacción de la comunidad educativa integrada a la iniciativa”, explicó Carlos Biscay, director e-ABC. “Sin interacción puede haber e-learning, pero no necesariamente se concreta el aprendizaje”, advirtió. “Para cumplir el objetivo se planteó un diseño didáctico que se focaliza en la reflexión de la práctica docente, la aplicación de ejercicios en el aula y el intercambio con colegas, a través de un formato atractivo de los contenidos, que incluyen una pequeña simulación de una situación de clase por semana, y de un equipo de tutores que acompaña a los participantes en todo el proceso de acercase a la tecnología y compartir experiencias”.

 

El programa por dentro

 

En un principio se invitó a participar del proyecto a los docentes de aquellos establecimientos que habían participado del concurso anual que convoca la Fundación Bunge y Born para los establecimientos educativos rurales del Programa de Ayuda a Escuelas Rurales y luego se sumaron a otras escuelas, por provincias, al comprobarse una gran proactividad de los docentes para participar de nuevas propuestas.

 

Consultada sobre las impresiones que han recogido de los docentes capacitados, Constanza Ortiz confía que se muestran muy agradecidos y se sienten acompañados con los llamados telefónicos que realiza el equipo de tutoría, y por la preparación y organización de la jornada presencial, uno de los momentos que más disfrutan. “La mayoría comentan que al haberse diseñado los cursos pensando particularmente en las escuelas rurales, pueden asimilar e identificarse con las problemáticas que se plantean, facilitando su puesta en práctica y generando un mayor interés y compromiso. El aprendizaje resulta muy significativo para ellos”, asegura la especialista.

 

En este sentido, Carlina Sincovich, directora de una escuela rural de la localidad de Arrecifes, en la provincia de Buenos Aires, destaca que el curso cubrió sus expectativas, porque se vivencia la importancia del desarrollo del pensamiento científico, la comprensión del mundo y el disfrute del conocimiento; posicionando para ello a los alumnos, en un lugar activo.

 

En tanto, Fernanda Betanzo, docente rural de una escuela del partido de Adolfo González Chaves, también de la provincia de Buenos Aires, relata que aprendió mucho sobre el trabajo de cálculo mental y además adquirió muchas herramientas para trabajar con los niños. “Creo que se confundía mucho el concepto y ahora, con este curso, se aclararon muchas dudas y tomé ejemplos, tanto del curso, como de los pares, para trabajar en el aula. Esto es muy importante, y al no tener mucha experiencia, personalmente me gusta aprender día a día”, señala.

 

Para el supervisor cordobés Raúl Padilla, “la iniciativa implica dos líneas de aprendizaje: ya que establecer comunicación virtual conlleva el proceso de alfabetización en este tipo de tecnología, y por otro lado, abre un espectro de posibilidades tales como: compartir el conocimiento con otros, ampliar campos de discusión y enriquecerse desde lo personal y profesional”. Además, Padilla señaló que pudo constatar como los docentes del departamento cordobés de General San Martín pusieron a prueba sus hipótesis, confrontaron con el material teórico propuesto y capitalizaron las experiencias para sí y para otros, en el proceso de socialización que conlleva el programa. “El ejercicio de poner a prueba con alumnos las actividades, permitió un desafío cognitivo permanente ante la resolución de situaciones problemáticas. Hubo sorpresa en algunos docentes ante la posibilidad de comprobar mecanismos de resolución que los alumnos pueden poner en juego y resultaban desconocidos en el ámbito escolarizado de aprendizaje”, observó.

 

La maestra rural Marcela Mugña, del departamento de San Cristóbal, en la provincia de Santa Fe, considera que la experiencia constituyó una manera diferente de capacitarnos vía online, que les permitía reflexionar con mayor comodidad, y respetando nuestros sus tiempos. “La modalidad también me permitió conocer otras experiencias con colegas y así, dejar un poco esa soledad que nos invade cuando estamos tan alejados de otros docentes. Me ha otorgado una buena reflexión acerca de mi práctica profesional”, subraya Mugña.

 

Mientras que su compañera, Griselda Rodríguez, maestra de la misma escuela, apunta: “desde mi realidad como docente de nivel inicial y desde mi poca experiencia, considero que éste curso de alfabetización logró en que reflexionara sobre mis prácticas en el aula, y al mismo tiempo me brindó herramientas y/o estrategias para implementar en mi trabajo con los niños. Además, me gustó compartir, participar e integrarme con otros colegas a través del intercambio de opiniones, brindando la posibilidad de comunicarnos por este medio tecnológico”.

 

En efecto, los cursos no solamente permiten al docente conocer un enfoque nuevo y actualizado sobre temas cotidianos (lenguaje, matemática, gestión, ciencias y nutrición infantil); también generan un espacio de encuentro entre docentes rurales de la misma provincia. “Al interactuar con sus pares, se sienten acompañados y comprendidos en cuanto a los desafíos que representa ser un docente/directivo rural. En la mayoría de los casos, terminan desarrollándose lazos de amistad y compañerismo, como también proyectos y actividades en conjunto”, analiza Constanza Ortiz.

 

De igual manera, Carlos Biscay resaltó la importancia que significa para el proyecto la consolidación de lazos de comunidad y colaboración entre docentes, apuntando que una de las razones de éxito de la iniciativa fue focalizar en metas específicas: interacción y calidad de aprendizaje, “para luego hacer girar todo lo demás sobre esas dos premisas”.

 

El futuro del proyecto e-Learning para Maestros Rurales –la mayor iniciativa de responsabilidad social aplicada a la formación virtual y con impacto nacional en Argentina- es continuar ofreciendo los cursos virtuales que lo componen a nuevas provincias y dictar nuevas propuestas formativas.

 

En 2012 se dictarán 18 cursos repartidos en ambos semestres del año, además de poner énfasis en la evaluación de lo realizado hasta el momento. De esta manera, se consolidará el programa marco de Ayuda a Escuelas Rurales de la Fundación Bunge y Born, que desde 1975, entre otras líneas, beneficia a 894 establecimientos en todo el país, con útiles escolares, material de lectura, elementos deportivos, de recreación, primeros auxilios y educación a distancia.