Innovación
Redes sociales para la formación en línea

Expertos españoles y latinoamericanos realizan un abordaje de las redes sociales y las comunidades virtuales, desde la vertiente del aprendizaje y el trabajo colaborativo, a partir de un debate impulsado por la UOC.

 

En los tiempos de Facebook y Twitter, todo resulta compartible. Las nuevas tecnologías han devuelto la capacidad de confiar, cooperar y aprender. Para aprovechar al máximo esta nueva etapa, es necesario recuperar habilidades, conocer nuevas herramientas y reincorporar actitudes como colaborar, participar y compartir.

 

Desde este marco, se lanzó el Posgrado en Redes Sociales e Intercambio de Conocimiento* impartido desde la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), con un debate en Facebook liderado por Dolors Capdet, experta en redes Sociales, aprendizaje informal y conectivismo.

 

Conexionismo vs Conectivismo

 

“El conexionismo es una teoría psicológica que explica cómo se adquiere el conocimiento a través de los inputs recibidos del entorno. A partir de ahí se intenta modelizar el razonamiento artificial. El conectivismo, en cambio, considera que el conocimiento reside en la red, a través de nodos humanos y/o artificiales”, explicó Dolors Capdet.

 

La especialista señaló que la red nos aporta abundante información; tanta, que es imposible procesarla en su totalidad, ni siquiera con mecanismo de data mining. Por ello, sostuvo que es importante la alfabetización digital, ya que de este modo se podrá entender los mecanismos de conexión y aprovechar al máximo las potencialidades del entorno virtual. En este sentido, puntualizó que las redes sociales actúan como filtro y ayudan a canalizar la información de diferentes canales.

 

Por su parte, Luis Ordoñez, presidente de la Fundación Interconectados de Venezuela, apuntó que la mente trabaja en planos simultáneos. “Por eso, este tipo interrelaciones son necesarias, tanto para poder procesar la cantidad de información que recibimos, como también trabajar con ella simultáneamente en varios planos. Por ejemplo, en Google Docs y Facebook, mientras hablamos por Skype, etc”•, dijo.

 

Redes: ¿confiar en los pares o en los expertos?

 

La profesora de la UOC, Alejandra Armora, se preguntó en quién se debe confiar más en la red: si en los contenidos publicados por los pares, o si resulta mejor guiarse por los contenidos aportados por los profesionales.

 

La directora del Posgrado de la UOC, Sandra Sanz Martos, consideró que apostando por la idea del "valor de aprender de los pares", probablemente sea mejor confiar en la experiencia de los expertos, de aquellos que tienen una responsabilidad profesional sobre el tema, que en contenidos teóricos de dudosa procedencia. Una aportación que fue compartida por Mónica Gutiérrez, miembro del equipo docente del posgrado, que apuntó la importancia de confiar en las aportaciones profesionales y no dejarnos llevar por opiniones no basadas en aspectos científicos.

 

En tanto, José Moya, Blogger y CEO de PreMya Consulting, indicó que el problema que existe en este momento, es quitar el grano de la paja y que hay multitud de profesionales en la red. Si nos ajustamos a una red social, uno debe saber dónde está en todo momento, ya que no es lo mismo una red como Facebook, que una creada por profesionales, con fines y objetivos concretos.

 

¿Sabemos acudir a la red o nodo correcto?

 

Dolors Capdet planteó a los participantes del debate virtual si creían que ante un problema complejo sabemos acudir a la red correcta, al nodo correcto.

 

María del Pilar Navas, miembro de la Red de Docentes de América Latina y del Caribe - RedDoLAC, señaló que una buena elección depende de las oportunidades y saberes previos, así como de los medios y mediaciones disponibles para hallarla.

 

El profesor de la Universidad Veracruzana, Calderón Vivar, señaló que, en general, no hay más criterios que la intuición y una buena dosis de heurística; es decir, el ensayo y error exacerbado al máximo. También dijo que “la idea de complejidad nos debe remitir a la multirreferencialidad que utilizada en ambientes de redes virtuales, en muchas ocasiones, nos hace transitar en distintos niveles de calidad de información. El mundo de la red es entrópico y nuestra labor para aprovecharlo cognitivamente es ordenarlo. Orden y complejidad son dos mundos en constante unión y disyunción en los ambientes de la red”, advirtió.

 

A su vez, Dolors Capdet señaló que sin embargo, paulatinamente los problemas complejos pasan a ser simples. “Una vez que los hemos resuelto, la experiencia nos queda acumulada para resolver los mismos problemas u otros similares”, aseguró.

 

Cooperación vs Colaboración

 

Durante el debate, se analizaron las diferencias entre los diferentes tipos de comunidades y grupos, centrando en los participantes de las comunidades de práctica (CoPs).

 

Sandra Sanz, señaló que las CoPs están más próximas a la colaboración que a la cooperación. “Creo que aproximarlas a la cooperación pone en peligro el éxito de las mismas. Cuánto más se parezca una CoP a un grupo de trabajo o a un equipo de proyecto, menos probabilidades tiene de funcionar como tal”, advirtió.

 

Mientras que Mónica Gutiérrez añadió que “las CoP vienen marcadas por las prácticas y los intereses que comparten sus miembros. Por ello, tanto sus metas como sus temas van a estar derivados de las dinámicas diarias. Y sus miembros no tienen porque estar determinados, la CoP está viva!”.

 

A lo cual Dolors Capdet añadió que estando de acuerdo en que una CoP está viva, no se está de acuerdo necesariamente en que las metas estén definidas por la práctica diaria, ya que “lo que hace la dinámica diaria es enriquecerlas, y modelarlas de alguna manera, pero se crean en base a unos objetivos y metas iniciales”.
 

Otro aspecto que se trató en el debate fue la tendencia actual de la macro-asociación a través de las redes sociales. En ellas más que cooperar, colaboramos en la creación de una inteligencia social, un conocimiento y un aprendizaje colectivo. La pregunta es si sabemos utilizarlo adecuadamente.

 

Montse Veyrat, profesora de la Universidad de Valencia, señaló que cuando aprendió lo que era la tendencia actual conectivista a gran escala, se imaginó inmediatamente una red neuronal en la que todo se conecta con todo y finalmente tiene lugar una manifestación de esa macro-asociación de neuronas que, en cada momento, en cada uno de nosotros, depende de las circunstancias, del tipo de vivencias que tenemos, del conocimiento enciclopédico compartido por los que nos rodean… “Contando con un sin fin de factores, en cada uno de nosotros tiene características exclusivas: así, cada uno construye su conocimiento y como tal, pasa a engrosar y a enriquecer el conocimiento global de todos los que nos encontramos participando”, agregó.

 

Asociación, cooperación, colaboración

 

Josep Segui, miembro del equipo de coordinación Observatorio para la Cibersociedad, señaló que sería interesante analizar las diferencias entre cooperar y colaborar.

 

Mientras que Dolors Capdet sostuvo que la asociación es algo consustancial en la vida de los organismos: es la unión que les permite ser más eficientes en la obtención y procesamiento de la información y, por tanto, en la propia supervivencia. “La cooperación es una forma de gestionar la asociación que implica la participación de varias personas con una diferenciación cognitiva, un objetivo común, una asignación de tareas y una temporalidad definida. La colaboración es una forma abierta de gestionar la asociación que no exige diferenciación cognitiva, no tiene un objetivo común, ni asignación de tareas ni una temporalidad definida. Se basa en la coincidencia temporal más o menos continuada en el tiempo”, precisó.

 

La especialista también apuntó que el límite entre ambos conceptos es muy delicado, pero que hay un aspecto clave para diferenciarlos: su estructura. “La cooperación tiene una estructura jerárquica de tipo vertical en la que existe la figura de un coordinador o director de la acción y una obligatoriedad de ejercer las tareas asignadas. La colaboración, en cambio, tiene una estructura horizontal en la que todos cuantos participan están a un mismo nivel y son ellos quienes regulan su propia aportación en función de un interés que puede ser esporádico o permanente. Y ambos son una forma de asociación”, expresó Capdet.

 

¿Las redes ayudan a unificar criterios?

 

Siguiendo con el debate, Dolors Capdet, comentó que Kenneth J. Gergen considera que una idea, para ser aceptada socialmente, primero ha de ser comprendida de una forma generalizada, de manera que si todos aceptan algo como válido, no se cuestiona su validez. A partir de esta reflexión, preguntó si las redes sociales ayudan a unificar criterios.

 

Respondiendo a la cuestión, Eva Coloma, gestora académica del Hospital Universitari Sagrat Cor de Barcelona, marcó que las redes sociales ayudan a identificar lo que opinan las personas de un entorno y poder tomar una decisión propia con mayor seguridad.

 

Por su parte, Inma Torres, del Institut Català de les Dones de la Generalitat de Catalunya, señaló que apostaría por la difuminación de conceptos, ya que las redes sociales se multiplican gracias a las aportaciones e inter-relaciones.

 

Mónica Gutiérrez, señaló que estaba completamente de acuerdo con Gergen, y que de hecho si no fuera así que hace un par de años, no estaríamos hablando de todos los conceptos que se están manejando ni se estaría en Facebook debatiendo.

 

¿La colaboración es natural o interesada?

 

Para terminar el debate, Dolors Capdet, lanzó preguntó si la colaboración es algo natural o si colaboramos por un interés momentáneo.

 

María del Pilar Navas respondió que “la colaboración depende de intereses y necesidades particulares que movilizan y congregan a los participantes de las redes, tal como ocurre en este instante, pues tenemos inquietudes que nos motivan a participar de estos espacios y a generar nuevos aprendizajes alrededor de temáticas que pueden ser similares o no dependiendo de los contextos socioculturales en que nos movemos”.

 

Esta opinión fue apoyada por Montse Veyrat: “la colaboración tiene un componente de interés personal, pero sin duda hay un factor de generosidad muy grande, puesto que la colaboración no siempre te reporta enriquecimiento de conocimiento, aunque sí de experiencia, como mínimo cuantitativamente hablando”.

 

 

*El posgrado de Redes sociales e Intercambio de Conocimiento de la UOC supone una aproximación a las redes sociales y las comunidades virtuales, principalmente desde la vertiente del aprendizaje y el trabajo colaborativo. Más concretamente, desde el intercambio de experiencias y pericia profesionales que se dan en estas redes, sin olvidar las consecuencias económicas y sociales.

El programa de posgrado se plantea como la suma de dos especializaciones y el proyecto final de posgrado según el temario siguiente:
• Redes sociales y comunidades virtuales (13 créditos ECTS)
Asignatura 1: Redes sociales y comunidades virtuales (5 cr. ECTS)
Asignatura 2: Comunidades de práctica (5 cr. ECTS)
Asignatura 3: Consecuencias sociales y económicas de las redes sociales (3 cr. ECTS)
• Aprendizaje y trabajo colaborativo en red (13 créditos ECTS)
Asignatura 1: Trabajo colaborativo (5 cr. ECTS)
Asignatura 2: Conectivismo (5 cr. ECTS)
Asignatura 3: Inteligencia e identidad colectiva en las organizaciones (3 cr. ECTS)
Proyecto final (4 cr. ECTS)